Recetas de postres orientales: Rasamalai
Entre los postres orientales que puedes preparar en casa de una forma rápida y sencilla, se encuentra el rasamalai. Apunta sus pasos y no dejes de probarlo.
Los postres orientales son una deliciosa opción para salir de la rutina en la cocina de una manera especial. Los caracterizan sus sabores especiados y sus combinaciones poco usuales para la cocina occidental. Esta mezcla de aromas e ingredientes consiguen que cada postre sea una excitante aventura para el paladar. Uno de los postres orientales más aclamados es el rasamalai. Este plato tiene sus orígenes en el sur de Asia y fue creado por el cocinero bengalí K. C. Das en 1930. Se trata de un dulce que está basado en la rasgula, un plato de la región de Orissa, que forma parte de los territorios que conforman la India. La rasgula está hecha a base de chenna, un queso fresco que se utiliza parar preparar postres. Para preparar este plato puede usarse el de cabra, si no se consigue el original. La palabra Rasmalai significa «néctar» (ras) y «crema» (malai). La preparación es de textura suave y cremosa.
El rasamalai está formado por bolitas húmedas aplanadas con chenna, similar al requesón. Contiene, además, pistacho o/y las almendras. También lleva leche aromatizada con cardamomo. Eso no lo hace apto para veganos o personas alérgicas a los lácteos. El olor del cardamomo penetra los sentidos del comensal por la intensidad, y da una sensación de picor ligero, pero agradable. El queso fresco de este tipo contiene proteínas de alto valor biológico, incluso más que la leche, lo que quiere decir que ayuda al desarrollo y regeneración de los tejidos del organismo. Tiene pocas grasas, de manera que su aporte calórico es menos que el de otros quesos. Contiene minerales como el fósforo, útil en la formación de huesos y dientes, también vitamina B12, que ayuda a la salud de los glóbulos rojos.
El pistacho, por su parte, contiene fibra, importante para el buen funcionamiento de los intestinos. Nos aporta un alto porcentaje de hierro, un mineral indispensable en la formación de la hemoglobina y, por lo tanto, para la oxigenación del organismo. Asimismo, el hierro previene enfermedades como la anemia. El pistacho además, contiene antioxidante que previenen múltiples enfermedades.
Ingredientes:
Para las bolas:
Para la salsa de leche:
- 2 tazas de leche entera
- 6 cucharadas soperas de leche condensada
- 20 pistachos sin concha
- 10 almendras
- 3 cucharadas de azúcar
- semilla de 8 cardamomos
Para decorar:
- Unas pocas hebras de azafrán
- Ramitas de hierbabuena
Preparación:
Meter los pistachos en un procesador de alimentos hasta volverlos harina. Para ello, utilizar el aparato de cocina a gran potencia, esto con la finalidad de que el pistacho esté picado lo más fino posible.
- Tomar un bol y poner dentro el queso, la maicena y el azúcar para machacarlo. Los ingredientes deben quedar bien integrados entre sí.
- Incorporar a la mezcla anterior el polvo de pistachos y revolver hasta conseguir una consistencia uniforme y compacta.
- A esa masa homogénea, añadir la leche y un poco más de azúcar y maicena (si es necesario para que la mezcla espese). Seguimos removiendo.
- En una olla aparte, echar 3 cucharadas de leche y cocinar hasta llevarla a ebullición. A continuación, añadir la mezcla y apagar el fuego.
- Dejamos enfriar.
- Meter esa masa en la nevera para que se solidifique un poco más.
- Sacar las semillas de cardamomo para machacarlas o volverlas polvo con un utensilio de preferencia. La idea es que quede lo más fino posible. Reservar.
- Para la sopa de leche, picar las almendras y los pistachos. También reservar.
- Sacar la masa del frío e ir formando bolas con las manos.
- Tomamos una olla y agregar los ingredientes líquidos: las dos tazas de leche líquida y la leche condensada. Agregar el azúcar y el cardamomo. Llevar a ebullición e incorporar los pedazos de pistacho y almendra. Dejar hervir a fuego medio-bajo unos cinco minutos.
- Apartar la mezcla del fuego e integrar las bolas de queso y pistachos.
- Emplatar y espolvorear con hebras de azafrán. Además, adornar el plato con una rama de hierbabuena para que se vea más atractivo y le dé aroma.
El comensal suele usar una cuchara para poder comer las bolitas con su contenido líquido y así no perderse de nada. Este es uno de los postres orientales que entra en la categoría de los más apreciados, por eso se recomienda hacer siempre de más. Esa receta es para dos porciones, estima cuánto prepararás según la cantidad de comensales que quieras deleitar.
Cierra con broche de oro una comida con una deliciosa porción de rasamalai, un postre oriental con delicado sabor y una grata textura. Una vez que aprendas la receta, pasará a formar parte de tus favoritos. No dejes de implicar a los más pequeños de la casa en la elaboración de este tipo de postres, de esa forma lo apreciarán mucho mejor.