Sánchez fulminó a Lastra al enterarse de que maniobraba contra él: «Ya se presentaba como su sucesora”
Lastra no asumió nunca la pérdida del “mucho poder” que había llegado a ostentar
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La dimisión por «motivos personales» de Adriana Lastra, derivados de un embarazo complicado, esconde una pugna interna por el poder dentro del PSOE que «estaba llegando a límites insospechados».
La asturiana, que se había convertido en una de las personas de la máxima confianza de Pedro Sánchez, no asumió nunca la pérdida del gran poder que había llegado a ostentar en detrimento del número tres, Santos Cerdán.
La caída de Lastra se inició el pasado verano, cuando Sánchez le obligó a elegir entre la portavocía en el Congreso o ser número dos del PSOE. Ella optó por el partido, en un intento de tener el control total sobre el día a día del partido y poder colocar a sus fieles. «Lastra era y se creía la reina de Ferraz», apuntan las fuentes consultadas.
Pero todo eso cambió tras el 40 congreso del PSOE, celebrado el pasado octubre en Valencia. Cerdán ganó peso, adquirió mayor confianza por parte de Sánchez, logró el cese del gerente socialista- Mariano Moreno, próximo a la ya ex vicesecretaria general- e imponer como portavoz parlamentario al ahora también cesado Héctor Gómez. Lastra salió muy debilitada de aquel cónclave y sin prácticamente adeptos en puestos relevantes, a excepción del portavoz Felipe Sicilia. El jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, también se las tuvo con ella y presionaba a Sánchez para que la apartase. El estrepitoso fracaso en Andalucía precipitó aún más las cosas.
«Sucesora»
Adriana Lastra, según fuentes cercanas al presidente, «ya se presentaba como la sucesora» de Sánchez y, cuando esto llegó a oídos del líder del PSOE, empezó a desconfiar de ella. Sánchez temió incluso que, ante un mal resultado en las autonómicas y municipales del año que viene, su número dos liderase con algunos barones -en realidad tenía el apoyo de muy pocos- una operación para provocar su desalojo. La ex vicesecretaria «se estaba moviendo en esa dirección», según explican a OKDIARIO varias fuentes conocedoras de los entresijos del funcionamiento de Ferraz.
Hace unos días, tras cerca de dos semanas ausente de sus funciones y sin informar al presidente, Sánchez y Lastra mantuvieron una serie de conversaciones.
En una de ellas -también con la presencia de Santos Cerdán- Sánchez ya les anticipó que pensaba acometer una remodelación profunda de la estructura orgánica de Ferraz que podría «afectar a todos». Por entonces, aún no estaba previsto que les tocase a ellos, pero el líder del PSOE sí les avanzó que les despojaría de sus personas de máxima confianza. Un aviso a navegantes que, con los días, acabó precipitando la salida de Lastra tras pedirle directamente Sánchez que dimitiera para no tener que cesarle él en su estado.
La realidad tras esa marcha por «motivos personales» era que el dirigente socialista no confiaba en ella, como en su día ocurrió con Ábalos. Aunque el comunicado que la dirección de comunicación del PSOE remitió el pasado lunes, sin la imagen corporativa del partido, afirmaba que Lastra comunicó días atrás su decisión a Sánchez de dar un paso atrás, lo cierto es que hasta hace apenas unas horas antes de su marcha ejercía el cargo y planificaba su agenda a futuro como número dos de la organización.
Sánchez, tras el envío del comunicado, le dedicó unas breves palabras a través de las redes sociales: «Eres una socialista ejemplar», destacó. Asimismo, manifestó su agradecimiento por la labor realizada al frente de la organización política: «Gracias a tu compromiso y entrega durante todos estos años el cambio en el PSOE y en España fue posible».