Lastra plantó a Sánchez en el Debate del Estado de la Nación: no le avisó que estaba de baja
La salida de Adriana Lastra como vicesecretaria general del PSOE ha dejado en evidencia la maltrecha relación que mantenía, desde hace meses, con Pedro Sánchez. La comunicación entre el líder socialista y su número dos era casi inexistente en los días previos a que Lastra comunicase el pasado lunes su marcha, a través de una nota remitida por Ferraz, alegando motivos personales. De hecho, aunque ambos sí habían hablado el fin de semana anterior, Sánchez no tenía conocimiento alguno del comunicado. Tampoco sabía que Lastra estaba de baja cuando se ausentó, para sorpresa de todos, de una cita tan relevante como el Debate del Estado de la Nación, que se celebró del 12 al 14 de julio en el Congreso de los Diputados. El presidente del Gobierno preguntó por ella, y Santos Cerdán -número tres del partido y en abierta pugna de poder con la asturiana- le explicó que estaba enferma.
Como revela OKDIARIO, la dimisión de Lastra esconde en realidad una lucha intestina que llegó al límite hace unos días pero que comenzó a fraguarse ya el verano pasado, cuando Sánchez le obligó a elegir entre la portavocía en el Congreso o ser número dos del PSOE. Lastra optó por Ferraz con la intención de poder controlar la estructura orgánica. Sin embargo, esta situación dio un vuelco en el 40 congreso del PSOE, celebrado el pasado octubre en Valencia. En este cónclave, Sánchez reforzó el poder de Cerdán, en detrimento de la número dos. Lastra tampoco contaba con el apoyo mayoritario, ni mucho menos, de la estructura. Muy debilitada y sin fieles en puestos relevantes, su influencia quedó muy tocada.
Sánchez desconfiaba de ella porque, según fuentes cercanas al presidente, se presentaba incluso como su «sucesora». El socialista temía que, de darse un nuevo fracaso en las elecciones autonómicas y municipales del próximo año, se gestase una operación con los barones para impulsarla y provocar su desalojo. Según las fuentes consultadas, Lastra ya se «estaba moviendo en esa dirección».
Tras cerca de dos semanas ausente de sus funciones y sin informar al presidente, Lastra y Sánchez mantuvieron varias conversaciones. En una de ellas -con Cerdán también presente- Sánchez les avanzó una remodelación que podría afectar «a todos». Entonces no estaba previsto el relevo, que se precipitó unos días después.