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Lastra pierde poder tras obligarle Sánchez a elegir: «Congreso o partido»

Adriana Lastra y Pedro Sánchez
Adriana Lastra y Pedro Sánchez
Joan Guirado

Adriana Lastra sigue siendo vicesecretaria general del PSOE. Pero ya no tiene tanto poder como antes. «Congreso o partido»,  le preguntó Pedro Sánchez en una reunión que mantuvieron en verano. Y la número dos de la formación tuvo que decidir entre seguir siendo la portavoz parlamentaria o mantener su cargo en el aparato socialista. Optó por lo segundo.

La asturiana se decidió por la vicesecretaría del PSOE con la confianza de que seguiría siendo la dama de hierro de Ferraz como lo había sido hasta ahora. La persona que concentraría todo el poder, teniendo en cuenta que Sánchez ocupa su día a día en el Gobierno. Un Gobierno, por cierto, en el que Lastra rechazó entrar, entregada a «su pasión» por el trabajo parlamentario.

Pero, pasado el 40º Congreso Federal, la realidad es bien distinta. Lastra sigue como número dos del partido, pero sin la misma proyección mediática ni poder orgánico. Aunque venía ejerciendo de portavoz -ante la inacción del alcalde de Valladolid Óscar Puente- dejará de ser la cara visible del Partido Socialista. El diputado por Jaén Felipe Sicilia será a partir de ahora el encargado de fijar las posiciones de Ferraz.

Su papel interno, el de relación con los territorios, también cambiará por completo. Santos Cerdán, como secretario de Organización; Guillermo Fernández Vara, como secretario de Política Autonómica y -en menor medida- la responsable del área institucional Llanos Castellanos serán los responsables de tratar con los barones.

A todos estos cambios, que afectan directamente a la vicesecretaria general,  hay que sumarle la reciente destitución del gerente del partido, oficializado en la reunión de la Ejecutiva Federal del pasado lunes. Mariano Moreno Pavón era una persona de la máxima confianza de Lastra, con quien ha trabajado codo con codo. La relación entre ambos era incluso de amistad, dejándose ver juntos en un yate este pasado verano.

La relación con Moncloa

La pérdida de poder e influencia de Adriana Lastra no se circunscribe únicamente a nivel orgánico. Con Iván Redondo, sin carnet del partido, al frente del gabinete de la Presidencia, el papel de la vicesecretaria general era importante en la relación entre Ferraz y Moncloa. Así, cada lunes, Lastra participaba en los maitines para coordinar el discurso entre Gobierno y partido. Ahora, prácticamente, ya no se celebran.

La llegada de un socialista histórico como Óscar López para ocupar el lugar de Redondo, la entrada de su enemigo Antonio Hernando como director adjunto del gabinete y el desembarco del ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, en el cuartel general socialista, harán que “de muchas cosas ni se entere” la número dos. Más aún si cabe que ahora.

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