Habas enzapatadas o enzapatás: plato típico de Huelva
Hay muchas recetas de verduras y de legumbres alrededor del mundo. ¿Has escuchado hablar de las habas enzapatadas? Aquí te contamos lo que debes saber de ellas.
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Las habas enzapatadas o enzapatás es uno de los tantos platos típicos de Huelva, muy populares tanto en los bares como en las casas. Se sirven como tapas o como guarnición (no suelen ponerse como plato único). Las habas que se usan son nuevas, o sea, del año, y se aliñan con ajo, hierbabuena, cilantro, sal y poleo, una especie muy conocida de la Mentha, y agua, donde se cocinan hasta que estén tiernas.
El poleo es lo que les deja ese olorcito característico a las habas enzapatadas o enzapatás, y ya que se sirven como tapas se comen frías. Lo recomendable es utilizar habas de grano grueso (cuanto más grueso, mejor) para poder retirarles la piel con los dedos al momento de comerlas. Si los granos son pequeños, el interior quedará muy blando. En los municipios de Palos de la Frontera y Moguer es habitual que el poleo y la hierbabuena se sustituyan por el cilantro. Es una receta tradicional en toda la provincia.
Ingredientes:
Cómo preparar las habas enzapatadas o enzapatás:
- Sacar las habas de sus vainas y dejarles la piel.
- Ponerlas en un recipiente y lavarlas con agua corriente, bajo el grifo. Reservar con agua limpia.
- En un cazo grande poner agua, y cuando llegue a ebullición agregar una cucharada rasa de sal.
- Añadir un puñado de hojas de poleo, dos rodajas de limón, los ajos pelados y enteros y un puñado de hojas de hierbabuena.
- Bajar el fuego a medio y dejar hervir un minuto antes de incorporar las habas.
- Meter las habas y cocinar entre 10 y 20 minutos, aproximadamente.
- Hay que ir viendo la cocción del grano a partir de los 10 minutos.
- Cuando estén tiernas, apagar el fuego. No es conveniente dejarlas cocer en exceso, pues perderían su toque y la textura ideal.
- Poner el conjunto a punto de sal.
Cuando vayas a servir tus habas enzapatadas o enzapatás, hazlo en cuencos pequeños con algo del caldo de la cocción, pues la idea es remojar el pan en él. Puedes servirlas frías, como dijimos antes, o recién hechas, que de ambas formas son estupendas.
Puedes incluir como adorno hojitas de poleo y hierbabuena, o una rodajita de limón. También es una buena opción agregarle un toque de cilantro y añadir más ajo si te gusta el sabor más fuerte. Unas bebidas bien frías serán el acompañamiento perfecto para esta tapa, aperitivo o entrante, con tanta tradición.