La Reina Sofía representará a la Corona en el funeral de Benedicto XVI
Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, representará al Gobierno de España
Miles de fieles desfilan en la basílica de San Pedro para despedir al Papa Benedicto XVI
Así será el funeral del Papa Benedicto XVI
La Reina doña Sofía asistirá en representación de la Corona española al funeral del Papa Benedicto XVI, que se celebrará el próximo jueves, el cual tendrá lugar en la basílica de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, a las 9:30 de la mañana, según ha informado la Casa Real española. En representación del Gobierno de España acudirá el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, encargado de las relaciones del Gobierno con la Iglesia Católica, y la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, ex ministra de Educación. Al funeral en memoria de Joseph Ratzinger se sumará el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, que también oficiará el sábado una misa funeral en la Sagrada Familia de Barcelona.
Devota religiosa, la Reina Sofía, que se convirtió al catolicismo al entrar a formar parte de la Corona española en 1962, suele ser la representante de la Corona en los actos litúrgicos. El funeral de Benedicto XVI, que será presidido por el Papa Francisco, contará con la asistencia de las delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania, además de que otras autoridades pueden asistir a las exequias a título personal.
Los restos mortales del Papa emérito serán enterrados en la cripta de la basílica de San Pedro. Mientras, la tumba elegida por él mismo ha sido la que acogió los restos de Juan Pablo II, vacía desde que el cuerpo de este Papa fuera expuesto en la superficie del templo en 2011.
El cuerpo del Papa emérito Benedicto XVI, con la cabeza apoyada en un par de almohadas de color carmesí, reposa desde el lunes en la basílica de San Pedro, mientras decenas de miles de personas hacen cola estos días para rendir homenaje al Pontífice que conmocionó al mundo al retirarse hace casi una década.
En vísperas del primero de los tres días de velatorio, las autoridades de seguridad italianas habían estimado que al menos entre 25.000 y 30.000 personas acudirían el lunes. Pero al final de la primera jornada, unas 65.000 personas habían pasado por delante del féretro, según el Vaticano. Al despuntar el día, 10 caballeros pontificios con guantes blancos, asistentes laicos de los pontífices y las casas pontificias, llevaron el cuerpo en una estructura de madera cubierta de tela tras su llegada a la basílica hasta su lugar de descanso frente al altar mayor, bajo el imponente baldaquino de bronce de Bernini.
Un guardia suizo saludó mientras el cuerpo de Benedicto XVI era introducido por una puerta lateral tras ser trasladado desde la capilla del monasterio, donde el ex Pontífice de 95 años, cada vez más frágil, falleció el sábado por la mañana.
Su secretario, el arzobispo Georg Gaenswein, y personal laico que sirvió en la casa de Benedicto XVI, siguieron a pie la comitiva durante varios metros en una procesión silenciosa hacia la basílica. Antes de que los feligreses pudieran entrar en la misma, se recitaron oraciones y el arcipreste de la basílica, el cardenal Mauro Gambetti, roció agua bendita sobre el cuerpo. Después, se soltó una pequeña nube de incienso cerca del féretro de Benedicto, que tenía las manos entrelazadas y un rosario entre los dedos.
Las puertas de la basílica se abrieron de par en par para que el público a primera hora de la mañana, algunos de los cuales habían esperado durante horas en la humedad previa al amanecer, pudiera presentar sus respetos al difunto pontífice, que se retiró del papado en 2013, el primer Papa en hacerlo en 600 años.