Los misteriosos silencios de la Federación ante el escándalo que rodea a la selección femenina

El baloncesto femenino español vive un momento de máxima convulsión. El hasta ahora seleccionador Lucas Mondelo fue despedido por la Federación Española de Baloncesto aduciendo que los resultados deportivos conseguidos este verano -séptimas en el EuroBasket y sextas en los Juegos Olímpicos- permitían romper un contrato que se había renovado el año pasado hasta 2024.

Después de la caída de Mondelo como seleccionador, dos jugadoras que fueron decisivas en los títulos y medallas logradas por la selección en la última década y que no estuvieron en Tokio, Marta Xargay y Anna Cruz, salieron a la palestra con sendas declaraciones en el diario El País en las que criticaban la forma de actuar del técnico de L’Hospitalet. Xargay acusó a Mondelo de llamarle gorda provocándole una bulimia, mientras que Cruz indicó que le hizo “la vida imposible”.

En el caso de Xargay, la información del periodista Faustino Sáez dejaba claro que la Federación Española de Baloncesto estaba al tanto de la gravedad de las acusaciones de la ex internacional gerundense y que frenaron la publicación de un artículo que iba a ver la luz antes de los Juegos Olímpicos para no perjudicar los intereses del equipo nacional en la competición celebrada en la capital japonesa.

Pese a que se deja claro esa circunstancia en el artículo, el presidente Jorge Garbajosa negó tener conocimiento del presunto comportamiento que Mondelo había tenido con la jugadora. El que fuese campeón del mundo con España en 2006 no se ha pronunciado sobre las palabras de Anna Cruz ni ahora ni el pasado 11 de enero de 2021. En aquel momento, la jugadora dejó la selección con una carta en la que dejaba varias perlas contra Mondelo. “A la familia no se le trata así”, espetó.

Un cambio de actitud

Ambas jugadoras han levantado las alfombras contra un seleccionador que se ha mostrado sorprendido por las declaraciones de las que en otro tiempo fueron sus protegidas y que ahora va a tomar medidas legales para limpiar su nombre. Mondelo, curiosamente, tuvo a las dos jugadoras a sus órdenes no sólo a nivel de selección, sino que también las fichó para el Dynamo Kursk en Rusia obteniendo grandes resultados a nivel europeo.

En diversas entrevistas en el pasado, tanto Xargay como Cruz mostraban un concepto muy diferente al que han exhibido en la actualidad sobre Mondelo, sus métodos y su comportamiento. Quizá como punto de partida podríamos establecer que tras una concentración de la selección femenina en noviembre de 2020 hubo un antes y un después.

“Es una persona con la que se puede hablar. Intenta empatizar, entenderte, ponerse en tu situación. Son muchos años los que llevo con Lucas, tanto en la selección como en otros equipos. Tenemos una relación casi de amor odio, de pareja. Nos conocemos tanto… Ya sé lo que va a decir o hacer en cada momento. Cuando entra por el comedor ya sé si se ha levantado de buen o mal humor. Y él igual. Me dice, ‘venga Cruz, ya sé que no te tengo que hablar hasta las 11 que tienes mal despertar’”, afirmaba acerca del seleccionador Cruz en una entrevista en el diario El Mundo en 2018.

Por su parte, Xargay, tampoco dejó entrever problemas con Mondelo incluso después de retirada en unas declaraciones realizadas a finales de 2020 a la revista Gigantes. “Soy una persona que no se deja conocer mucho, soy bastante distante. Pero Lucas, para lo bueno y para lo malo, ha conseguido conocerme. Hemos tenido una buena relación porque a él le gusta ganar y a mí también. Parece lógico, pero es lo que más ha fortalecido nuestro vínculo”, dijo la gerundense. Sin embargo, días después de esa entrevista, tuvieron lugar una serie de sucesos en L’Alqueria del Basket de Valencia –noviembre de 2020– y el ecosistema saltó por los aires.

Carta y silencio federativo

De las alabanzas y el cariño se pasó a una durísima carta de despedida de Cruz en enero del 2021. Ahí dejó entrever que había habido problemas con el seleccionador en la mencionada concentración. La escolta fue una de las derrotadas en un entrenamiento con ‘partidillo’ contra un combinado dirigido por Mondelo. Aquel 73-36 que encajó Cruz junto con otras internacionales que han estado en los Juegos como Silvia Domínguez o Queralt Casas, fue la gota que colmo el vaso y que empujó a la jugadora a decidir retirarse de la selección.

Resulta curioso que la Federación, que sí admite que “conocía el desgaste de la relación entre el seleccionador y las jugadoras” en su comunicado sobre el caso Xargay, no se pusiese a investigar un presunto caso de abuso de autoridad y maltrato psicológico de Mondelo hacia sus jugadores en Valencia. “La Federación nunca fue informada de ningún comportamiento de este tipo, sino que todo se circunscribió al ámbito de las relaciones habituales entre un entrenador y su equipo”, expusieron en su comunicación. Esta percepción parece haber cambiado conforme a los últimos resultados.

Faltan muchas piezas del puzzle por encajar a toda esta historia. ¿Por qué la Federación no escuchó a sus jugadoras y tapó un presunto comportamiento ilícito de Mondelo? ¿Por qué Garbajosa sí ha salido a apoyar a Xargay y ha obviado a Cruz? ¿Por qué no se ha pronunciado ninguna de las veteranas que han estado en los Juegos Olímpicos sobre esta situación? ¿Es posible que el exceso de confianza entre las partes haya llevado a malentendidos?

«Llevo un año en la selección y puedo decir que no he vivido una situación así. Tokio fue una experiencia inolvidable con la que soñaba desde niña», aseguró Raquel Carrera sobre lo acontecido en los últimos tiempos. Mientras la joven de 19 años habla, la Federación calla. El silencio no es la mejor manera de esclarecer una situación nada baladí para el baloncesto español.