Mollejas a la plancha
Las mollejas de cordero son una parte del animal que no gusta a todos los comensales. Sin embargo, algunas recetas como estas mollejas a la plancha, simples, pero de un intenso sabor, consiguen que su carne sea muy apreciada por los conocedores. Las mollejas son una carne deliciosa que hay que probar por lo menos una vez.
La molleja del cordero es una glándula llamada “timo”, que se encuentra delante de la tráquea del cordero. Esta carne aporta proteínas de alta calidad. Las proteínas son indispensables para el funcionamiento del organismo, pues intervienen en la formación de los tejidos; entre esos tejidos se encuentran los músculos, tendones, las uñas y otros.
De las proteínas también se obtiene energía cuando no se consumen suficientes carbohidratos o grasas, de modo que son una reserva. Además, estos nutrientes ayudan a proteger al organismo de agentes externos que pudieran generar enfermedades.
Las mollejas son también una fuente de fósforo. Este mineral es el que más abunda en el cuerpo humano, pues está presente en todas sus células. La función más importante del fósforo es la formación de los huesos y los dientes. Además, ayuda a metabolizar los carbohidratos y las grasas y trabaja en la elaboración de las proteínas.
En cuanto a las vitaminas, las mollejas aportan vitamina B12. Esta vitamina es indispensable para la formación de glóbulos rojos, por lo que tiene principios activos para la prevención de la anemia. La vitamina B12 también produce neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que ayudan a combatir la depresión.
Ingredientes:
Cómo preparar mollejas de cordero:
- Limpiar bien las mollejas. Remojar en agua tibia con un poco de vinagre durante algunos minutos; de esta manera, sueltan toda la sangre. Pasar luego por el chorro de agua fría y retirar cuidadosamente las telillas, los nervios y los restos de cebo.
- Cortar las mollejas en trozos medianos.
- Poner a calentar una cacerola con agua y una cucharadita de sal. Cocinar las mollejas durante unos 30 o 40 minutos.
- Tomar un mortero y machacar el diente de ajo, unas ramas de perejil cortadas finamente y un chorro de aceite de oliva.
- Sacar las mollejas y escurrirlas. Añadirles el aceite con ajo y perejil.
- Poner a calentar una sartén, añadir las mollejas y cocinar por ambos lados. Echar un chorro de vino blanco.
- Dejar que se doren bien las mollejas. Servir.
