Sanidad 24 horas antes de que Johnson dijera que la cepa es un 30% más letal: «No agrava la enfermedad»
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado este viernes que, de acuerdo a «las primeras evidencias científicas», la nueva cepa identificada en Reino Unido, y que se propaga ya sin control por España, podría incrementar la mortalidad hasta un 30%. La preocupante afirmación se produce sólo un día después de que el Ministerio de Sanidad publicase un informe en el que sostiene que, pese a que la cepa británica presenta un mayor riesgo de transmisión, «las personas infectadas por esta variante no tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave».
La afirmación se sostiene en el documento ‘Circulación de VOC 202012/01 (B.1.1.7) y otras variantes de SARS-CoV-2 de interés para la salud pública en España’, que ha sido elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) junto con expertos del Centro Nacional de Microbiología, Laboratorio de Virus Respiratorios y Gripe, Centro Nacional de Epidemiología, Instituto de Biomedicina de Valencia (CSIC) y la Universidad de Valencia y FISABIO.
Se trata de una ‘Evaluación rápida de riesgo’, como titula Sanidad, que el Ministerio ha tardado sin embargo un mes en publicar desde que, el 14 de diciembre, Reino Unido informase de un aumento de la incidencia de SARS-CoV-2 en algunas regiones de su país (este y sureste de Inglaterra y área metropolitana de Londres) asociada a una nueva variante del virus. La cepa británica ha provocado un incremento exponencial de contagios en el país, de forma que en la segunda semana de 2021, el porcentaje acumulado de detección de la variante sobre el total de secuencias en Inglaterra, se estima en más del 76%. En España, según este informe de Sanidad, ya se contabilizan 157 casos confirmados.
Sanidad sostiene que «en este momento el riesgo para España de nuevas introducciones y diseminación se considera muy alto». Pero aunque explica que la variante «implica un mayor riesgo de transmisión lo que podría condicionar un aumento de la incidencia de casos de Covid-19» señala también que «las personas infectadas por esta variante no tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad grave», que «tampoco parece afectar a la eficacia de la inmunidad natural y, por el momento, no hay evidencias de que la variante afecte de forma importante a la efectividad de las vacunas».
Brasil y Sudáfrica
El informe recoge toda la evidencia científica sobre la variante aparecida en Reino Unido y también las cepas de Sudáfrica y Brasil, afirmando sobre estas últimas que no se han detectado por el momento casos en nuestro país.
Así, se destaca que el 18 de diciembre, Sudáfrica anunció la detección de una nueva variante denominada 501Y.V2 (B.1.351), que «ha desplazado» a las otras que circulaban por este país desde el mes de noviembre, «lo que indica que puede tener una mayor capacidad de transmisión, sin que haya habido evidencia de mayor virulencia».
Paralelamente, Japón ha identificado a principios de enero una nueva variante en cuatro personas procedentes de la Amazonía en Brasil, país que también ha trasladado a mediados de diciembre la presencia de la misma en la región de Manaos, «por lo que la dirección de transmisión se supone haya sido desde Brasil a Japón».
Aumento de casos graves
El documento señala, con respecto a la cepa británica, que «aunque no parece estar asociada a una mayor virulencia, sí podría observarse un aumento de casos graves y hospitalizaciones si se produce un aumento de la incidencia».
También añade que «con los datos disponibles, se espera que no tenga un efecto importante sobre la efectividad vacunal» si bien «hay estudios preliminares que indican una menor capacidad de neutralización de los anticuerpos en vacunados con pautas incompletas». «Pero hacen falta más estudios para valorar correctamente el impacto de esta variante sobre las vacunas disponibles», concluye el Ministerio.
Como recomendaciones, los expertos destacan «detectar de forma precoz de la circulación de la variante mediante secuenciación genómica en grupos diana y determinación de la incidencia de casos de la variante en la población», «disponer de una red de laboratorios con capacidad de secuenciación integrados dentro del sistema de vigilancia epidemiológica que permitan generar información útil para la toma de decisiones de medidas de salud pública», «aplicar las medidas de control no farmacológicas ya utilizadas para la contención del SARS-CoV-2 de forma intensificada en personas que presenten estas variables de interés y en aquellas con vínculos epidemiológicos conocidos con zonas donde esté circulando la variante de interés de forma importante» y «restringir los viajes a zonas donde circule de forma importante una variante de interés e implementar medidas de control reforzadas para los viajeros procedentes de esas áreas».
Nada se dice, en cambio, de la cancelación de los vuelos procedentes de estas zonas, una medida que sí están adoptando otros países europeos. El Gobierno español se resiste a esa posibilidad, como también lo hizo tras conocerse la cepa británica. Desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid se remitió esta semana una carta al Ministerio de Sanidad solicitando la suspensión de vuelos a Brasil y Sudáfrica hasta que no se aclare la situación e impacto de estas nuevas variantes.