El palacio de vacaciones de Doñana cuesta más de 600.000 € anuales sólo en sueldos y conservación
Sólo en personal, el coste asciende a 225.907,78 euros (ejercicio de 2018), según la información facilitada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales a través del Portal de Transparencia.
Los gastos de mantenimiento y personal en la finca de Las Marismillas (Doñana, Huelva), a disposición de las vacaciones de los presidente del Gobierno, suponen a las arcas públicas más de 600.000 euros cada año.
Sólo en personal, el coste asciende a 225.907,78 euros (ejercicio de 2018), según la información facilitada por el Organismo Autónomo Parques Nacionales a través del Portal de Transparencia, a la que ha tenido acceso este periódico.
El mantenimiento en perfecto estado de las instalaciones para la actividad institucional, por otra parte, representa una media de 400.000 euros cada año, de acuerdo a las condiciones del reciente encargo del Ministerio para la Transición Ecológica, a la empresa Tragsa. El valor del contrato es de 1,6 millones en los próximos cuatro años y, en concreto, en 2020 ese gasto ascenderá a 433.510,40 euros. Se trata del encargo para el ‘Servicio de mantenimiento de las infraestructuras operativas del Palacio de Las Marismillas, con medios personales y materiales para su conservación y para el desarrollo de las actuaciones de apoyo en las visitas institucionales’, correspondiente a las anualidades de 2019 a 2023. Es decir, una legislatura completa.
El presidente en funciones, Pedro Sánchez, se encuentra estos días disfrutando del Palacio de Las Marismillas, en pleno parque natural. Un enclave privilegiado, de alto valor medioambiental, y a disposición de los jefes del Ejecutivo para sus periodos de descanso.
Sánchez llegó el viernes de la semana pasada a Doñana, acompañado de su familia, y allí ha permanecido durante todos estos días, sin que se conozcan salidas en público y pese a las críticas por sus vacaciones en pleno bloqueo político.
Regreso sin fecha a La Moncloa
El líder del PSOE se incorporará a la actividad en La Moncloa ya la próxima semana, aunque su agenda aún está por concretar. De hecho, a día de hoy, sólo figura una cita: la reunión del Consejo de Ministros, el 23 de agosto.
Incluso en su entorno más cercano desconocían estos días los planes de Sánchez sobre su vuelta a Madrid. La planificación del dispositivo de seguridad, formado por varios miembros de ‘élite’ de la Guardia Civil- el Grupo de Reserva y Seguridad (GRS)- concluye el próximo miércoles, aunque eso no significa que el socialista tenga pensado permanecer allí hasta la fecha.
En estos días estaba anunciado que Sánchez retomaría los contactos con las organizaciones de la sociedad civil y también con partidos políticos. En concreto, con el PNV, con quien tenía previsto reunirse a lo largo de la siguiente semana. Y pendientes están también, como avanzó el propio presidente, sus reuniones con independentistas y, finalmente, con Podemos.
Pese a la incertidumbre sobre la investidura, Sánchez ha elegido de nuevo esta finca, en pleno paraje natural, para disfrutar de su tiempo de descanso con su familia al completo. En otras ocasiones, ha disfrutado también de otro palacio a disposición de los presidentes, el de La Mareta, en Lanzarote.
Las Marismillas ha sido un ‘refugio’ de lujo por el que han pasado todos los presidentes. Cuenta con casi 11.ooo hectáreas de finca y varios kilómetros de playa virgen. El palacio tiene 18 habitaciones y los mismos cuartos de baño.
Desde 1990 es propiedad del Estado y fue Felipe González el primer jefe del Ejecutivo que lo eligió para sus vacaciones. También ha sido residencia temporal de dirigentes extranjeros invitados como Tony Blair, Helmut Kohl y el rey belga Balduino I de Bélgica con su esposa Fabiola.