La OMS alertó ya en febrero a los gobiernos de los problemas para comprar material contra el coronavirus
El organismo internacional al que siempre se refiere Pedro Sánchez anticipó con bastante previsión que la carencia de material sanitario sería uno de los grandes problemas para afrontar la pandemia.
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Pedro Sánchez acostumbra a remitirse en sus intervenciones a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un intento de justificar su inacción ante la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, el organismo internacional anticipó con bastante previsión que la carencia de material sanitario sería uno de los grandes problemas para afrontar la pandemia. Así lo alertó en concreto el 27 de febrero, en el informe ‘Uso racional de equipos de protección personal para el coronavirus’.
La OMS advertía de «interrupciones en la cadena de suministro global» de equipos, una situación a la que ahora se enfrentan los gobiernos de los países más azotados por la pandemia.
Lo avisaba así: «La actual reserva mundial de equipos de protección es insuficiente, particulamente en mascarillas y respiradores. Pronto se espera que el suministro de batas y gafas sea también insuficiente. La creciente demanda mundial, impulsada no sólo por el número de casos de Covid-19, sino por la información errónea, las ‘compras de pánico’ y almacenamiento, provocará una mayor escasez a nivel mundial. La capacidad para expandir la producción es limitada y la actual demanda no podrá satisfacerse».
Incluso antes, la OMS ya avisó a los Estados del material preciso para responder a una epidemia que se anticipaba imparable. El 3 de febrero, en su informe diario sobre la pandemia, el organismo publicó una lista de productos básicos «necesarios para la respuesta» al coronavirus. Entre ellos se hacía referencia no sólo al material de protección de sanitarios, sino a respiradores y otros instrumentos precisos para la atención a pacientes, en especial los más críticos.
Tres meses después de que se confirmase el primer caso de coronavirus en España, la epidemia sigue imparable. Según el último balance del Ministerio de Sanidad, de este lunes, los contagios ascienden a 85.195 y las muertes 7.340, lo que supone un incremento de 812 más en sólo 24 horas.
Pese a las advertencias de la OMS, el Gobierno de Pedro Sánchez trata ahora de adquirir el material contra reloj en operaciones no exentas de polémica, como la adquisición de test defectuosos a China.
Este lunes, según anunció el ministro de Sanidad, Salvador Illa, estaba prevista la llegada de un primer avión con suministros, comprados por el Gobierno y que incluyen, «una cantidad muy importante de material y test rápidos». En concreto, 1,5 millones de mascarillas.
Illa afirmó que se validarán los test rápidos antes de distribuirlos, después de que la pasada semana se conociese que el Ejecutivo había adquirido decenas de miles de pruebas defectuosas.
En concreto, Sanidad admitió una partida de 58.000 unidades defectuosas, y otras 50.000 que no llegaron a ser distribuidas; anunció además que se había devuelto la compra de 640.000 pruebas rápidas, que tendrán que ser repuestas de nuevo.
Del todo el lote, que tenía homologación europea según Sanidad, 8.000 unidades fueron entregados a la Comunidad de Madrid, donde el Instituto de Salud Carlos III comprobó que «la sensibilidad era menor de la que se especificaba en la ficha técnica». La fiabilidad apenas llegaba al 30%.
Aluvión de demandas
Mientras, las críticas por la falta de material llegan desde todos los sectores que luchan en primera línea frente a la pandemia.
La última procede de la Asociación Española de la Guardia Civil (AEGC), que ha solicitado medidas cautelarísimas o subsidiariamente cautelares ordinarias a los juzgados de lo social para que se obligue a la Dirección General de la Guardia Civil a proveer a los agentes de equipos de protección individual y se realice el test a los guardias civiles que presenten síntomas o hayan estado en contacto con positivos o posibles positivos.
«La Dirección General de la Guardia Civil mantiene su pasividad generando una situación insostenible. Todo esto pese a la grave circunstancia de que son más de 700 los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que se han contagiado y mínimo ocho efectivos profesionales han perdido su vida», señalan desde el colectivo. Consideran que la falta de material supone una «lesión de los derechos fundamentales que se está acometiendo contra los miembros de la Guardia Civil, que al vulnerarse las más básicas normas de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se está lesionando de forma grave la integridad física y psicológica de los agentes, que ni pueden ni van a cesar en el ejercicio de sus funciones».
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, consideró este lunes que los policías y guardias civiles «en todo momento han tenido medios de protección individuales para el ejercicio de sus funciones».
Como reveló OKDIARIO, Instituciones Penitenciarias abroncó a los directores de las cárceles por el uso de las mascarillas, que entendía «generalizado».