Los nuevos 640.000 test que el Gobierno encargó a Bioeasy están todavía en China sin licencia

Los nuevos 640.000 test rápidos que el Gobierno de Pedro Sánchez encargó a la empresa china Shenzen Bioeasy Biotechnology tras la primera remesa defectuosa todavía siguen en el país asiático a la espera de que esta firma reúna la documentación necesaria. Y es que a raíz del fiasco de la primera operación entre el Ejecutivo socialcomunista y Bioeasy, el Gobierno chino ha endurecido los controles prohibiendo exportar a aquellas empresas que no cuente con la licencia del país.

Fuentes de la compañía china Shenzhen Bioeasy Biotechnology informaron este jueves a la agencia Efe que en este momento no pueden exportar a España el cargamento que tenían firmado con el Gobierno de Pedro Sánchez para la entrega de 640.000 test rápidos. Moncloa todavía no ha revelado el importe de esta operación, es decir, cuánto ha pagado por los nuevos test fluorescentes, ni el proveedor nacional que ha intervenido en los contactos con la empresa china.

Así mismo, la agencia Efe reporta desde Pekín que la empresa debe aportar en la aduana una declaración escrita y el certificado de registro del producto expedido por la Administración Nacional de Productos Médicos de China, según establecieron semana el citado organismo, el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas del país asiático.

Además, las empresas de exportación de material médico deben «garantizar la calidad y seguridad del producto» y «cumplir con los estándares del país receptor», señala la nueva directiva.

Fuentes de Bioeasy reconocieron este jueves a la agencia Efe que no disponen todavía de ese certificado que expide la Administración Nacional de Productos Médicos, si bien no precisaron cuándo lo podrían conseguir ni el tiempo que tardaría en ser emitido.

Bioeasy no se encontraba en el listado de fabricantes autorizados que las autoridades chinas remitieron a España, como reveló la embajada del país asiático. Desde Moncloa esgrimen que iniciaron esta compra de material antes de recibir dicho listado.

El Gobierno de Sánchez compró a través de un proveedor nacional 640.000 test rápidos a esta compañía china, con sede en la provincia suroriental de Cantón, de los que los primeros 58.000 llegaron la semana pasada a España. Sin embargo, tras ser evaluados por el Instituto de Salud Carlos III y el Centro Nacional de Epidemiología, fueron devueltos por su baja fiabilidad. El fabricante se comprometió al envío de la misma cantidad de un nuevo modelo que sigue un método de fluorescencia.

Illa evita contestar 

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, defendió hace una semana en el Congreso que los test defectuosos devueltos serían reemplazados por el nuevo modelo, dado que la empresa china tenía autorización europea (desde hacía 9 días) para comercializar en la UE. No así licencia en su país de origen. Siete días después, este cargamento de 640.000 pruebas rápidas sigue sin salir de China. El portavoz de Vox en la Comisión de Sanidad, Juan Luis Steegmann, ha preguntado este jueves a Illa si estos test todavía se encontraban en destino, a lo que el ministro de Sanidad ha evitado contestar.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó a presumir el 21 de marzo en una comparecencia en Moncloa de haber comprado unos test rápidos «fiables», algo que luego desmintió Sanidad al analizar su baja sensibilidad y devolver el producto.