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Viernes, 7 de julio, San Fermín. Calle Bambú número 12, Madrid. Un autobús verde resplandece frente a la sede de los de Santiago Abascal. Lo conduce David Fontelles, de la empresa Arroyobus. Comienza la campaña electoral y el equipo de prensa y medios de comunicación partirán hacia Valladolid, primera parada de una campaña electoral cuya última estación será Madrid el 21 de julio y con la esperanza de los simpatizantes de Vox de que aún quede otra parada más: el Palacio de la Moncloa.
Arrancamos con el autobús de Vox en plena operación salida de la capital (es un viernes de julio y son las cuatro y media de la tarde). La desesperación de los conductores que no son capaces de salir de Madrid buscando su pueblo, la playa, o las vacaciones familiares se ve contrarrestada con la aparición sorpresiva del autocar verde que, por su lado izquierdo (el que ven los conductores que lo adelantan por la carretera de La Coruña) tiene una foto de Santiago Abascal mirando de lado, el lema “Vota lo que importa”, el logo de Vox y un código QR. En la parte inferior, el autobús cuenta con un detalle en forma de bandera de España parcialmente tapada por el asa por donde se abre el maletero del autobús.
‘La Falconeta’, así apodan la furgoneta de Vox
Decenas de conductores, ilusionados, tocan el claxon de la que adelantan al autobús. Algunos solamente un pitido largo y sin melodía, otros más atrevidos buscan interpretar alguna canción sin apenas éxito. También están quienes sacan la mano por la ventanilla haciendo una V de Vox. Muchos de ellos sacan el móvil con incredulidad y graban como adelantan al autocar. “¿Estará dentro Santiago Abascal?”, se preguntan muchos de ellos. La respuesta es que, hasta el momento no: Santiago Abascal viaja, cual cantante o torero, en una furgoneta (conocida como La Falconeta) que conduce Enrique Cabanas, vicesecretario de presidencia de Vox y coordinador general del Grupo Parlamentario, en el puesto del copiloto va Kiko Méndez Monasterio, asesor externo del líder de Vox. Atrás, Santiago Abascal con algún miembro de su equipo de prensa.
La primera parada tras salir de Madrid es un pequeño bar de Arroyo de la Encomienda (a 8 kilómetros de la plaza de San Pablo, en Valladolid, lugar en el que Vox abrirá campaña), donde se produce la primera reunión de toda la expedición: Abascal y su séquito esperan el autobús. El líder de Vox da junto a su asesor un último repaso al discurso, se pega una ducha, y todos camino a Valladolid. Ahí, fervor en las calles por el candidato. Los bocinazos que recibe el autobús por la carretera se transforman en gritos, aplausos y caras de incredulidad por el centro de la ciudad más poblada de Castilla y León.
Tras el mitin toca recoger rápido. Hay que cenar y salir hacia Palencia, donde el equipo de campaña pasará la noche antes de salir hacia Logroño. Si en la salida de Madrid por la A-6 es sorprendente encontrarse con el autobús temático de Vox, mucho más sorprendente lo es encontrárselo en la autopista que une Palencia y Logroño. Tanto es así que incluso un coche de la Guardia Civil que estaba adelantando al gran vehículo verde, se puso durante medio minuto al ritmo de la caravana para que el copiloto de la Benemérita pudiese grabar en vídeo el vehículo que se había encontrado.