Un silencio sospechoso
El silencio público de Pedro Sánchez y de los miembros del Partido Socialista evidencia la sospecha que circunda el enchufazo de Begoña Gómez como directora del Centro de Estudios Africanos (IE Africa Center). Resulta paradójico que el PSOE escatime información y explicaciones cuando, hace sólo tres días, la vicesecretaria general de la formación, Adriana Lastra, pedía «transparencia» al Partido Popular y a Pablo Casado en el caso del máster de la Universidad Rey Juan Carlos. Hay una diferencia sustancial entre ambos comportamientos: mientras Casado compareció en el mismo momento que se produjo la polémica, Pedro Sánchez y Begoña Gómez han hecho mutis por el foro camino de su destino vacacional en medio del estupor ciudadano.
Además, han instaurado la omertá en el partido. Prácticas de vieja política que, al igual que las puertas giratorias, Pedro Sánchez prometió erradicar. Sin embargo, la realidad de los hechos dista mucho de la teoría de sus palabras. Sánchez calla y hace callar también a la nueva Televisión Española. El Ente público al que auguró una «nueva etapa» ha destacado las informaciones sobre el máster de Pablo Casado, pero ha desterrado de las escaletas de sus informativos cualquier información sobre el nombramiento de Begoña Gómez, tema que ayer era el indiscutible foco de atención en los grandes ágoras de la actualidad: la redes sociales.
Dicen desde La Moncloa que no hay motivo alguno para dar explicaciones sobre el fichaje de Gómez por el Instituto de Empresa. Sin embargo, el Gobierno que preside su marido firmó en junio un convenio con la fundación donde trabajará después del verano. Tan cercano en el tiempo un hecho del otro que resulta normal que las suspicacias se disparen. Por otra parte, la escuela de negocios, aunque de carácter privado —y gran prestigio— recibe fondos públicos y, por tanto, se puede dar un más que evidente conflicto de intereses. Sea como fuere, el silencio se ha convertido en un estruendo. Llama mucho la atención que el Gobierno niegue lo mismo que exige: ejemplaridad y transparencia.