Cómo ganar al PSOE

PSOE
Xavier Rius
  • Xavier Rius
  • Director de Rius TV en YouTube. Trabajó antes en La Vanguardia y en El Mundo. Director de e-notícies durante 23 años.

Aunque el Partido Socialista parece tocado y hundido, no se confíen. Pedro Sánchez tiene más vidas que los gatos. Lo ha demostrado sobradamente. De hecho, lo dejó escrito en su Manual de Resistencia (2019).

Por eso, si el PP quiere llegar a La Moncloa, lo primero que tiene que hacer es leer el libro de Graciano Palomo: Éxodo y poder. Una historia crítica de la derecha española. Están todos: Fraga, Aznar, Rajoy y Feijóo.

No en vano, Graciano es perro viejo en el oficio. Un zorro gris. El hombre que, probablemente, más sabe de la derecha española. El 22 de junio de 1977, cuando todavía era «un joven redactor de Europa Press», recién licenciado para más inri, ya entrevistó a Manuel Fraga.

Más tarde, como responsable de la sección política de la Agencia Efe, cubrió la agonía de Suárez y el congreso de Mallorca, el de los navajazos. Con los años, cenó también a solas con don Manuel en Estrasburgo. Cuando el viejo león de Villalba (Lugo) era diputado en el Parlamento Europeo.

Y, como subdirector de El Independiente, cubrió luego el congreso del PP de Sevilla, el que entronizó a Aznar. A este le conoció cuando apenas despuntaba. Recibió una invitación para asistir a la presentación de su candidatura -entonces era redactor jefe de la revista Tiempo- y llegaba tarde al restaurante de la Cava Baja en el que le habían citado.

Cuando llegó, había una mesa para veinte comensales y solo Aznar y el chófer del partido. Alguien le había hecho la zancadilla o se olvidaron de convocar al resto de la prensa. O sea que comieron solos.

Por eso, nadie sabe más que Graciano. En la última campaña electoral, los del PP pensaban que, tras el batacazo en las municipales y autonómicas del 28 de mayo del 2023, las generales del 23 de julio iban a ser «pan comido».

Pero los socialistas apelaron al voto del miedo. «Esta fue la gran baza de Sánchez, acercar las generales a la constitución de los ayuntamientos e investiduras de las comunidades autónomas para poner a Vox en el centro de la campaña electoral. ¡Y funcionó!», explica en la página 17.

Al fin y al cabo, la gente vota por tres motivos. Por ilusión, como Obama en el 2009. O Zapatero en el 2003. Aunque ahí está también el factor 11-M. Por el bolsillo: Clinton contra Bush padre en 1993. O, finalmente, por miedo.

El PSC ya lo utilizó en las del 2008. Las segundas de Zapatero con la difunta Carme Chacón de candidata. El director de campaña José Zaragoza, ahora diputado en el Congreso, ideó el lema «Si tú no vas, ellos vuelven». Con una foto en la que salían Aznar, Bush, Berlusconi, Chirac. La derecha de entonces.

Hasta se sacó de la manga unas matrioshkas, las típicas muñecas rusas que van una dentro de otra, con sus caras. Lo recuerdo perfectamente porque yo estaba en la rueda de prensa que dio en la antigua sede de la calle Nicaragua. Los socialistas catalanes, por cierto, sacaron el mejor resultado de su historia: 25 escaños.

Sánchez cree ahora que el voto del miedo todavía le puede dar réditos. El viejo truco. En la última sesión de control del pasado miércoles lo utilizó en cuatro ocasiones.

En el primer turno de réplica de Feijóo. «Si hay una amenaza, es la coalición negacionista que forma usted con el señor Abascal», le espetó. En el segundo, volvió a insistir y le acusó de «abrazarse al error histórico que se llama Vox».

En respuesta a Abascal, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, lamentó «aquellos gobiernos del Partido Popular, apoyados por la ultraderecha en las asambleas, que lo que hacen es cercenar el Estado del bienestar».

Y finalmente, con Rufián, criticó «la estrategia de seguridad nacional proclamada por el presidente Trump que encuentra el silencio, el vacío absoluto por parte de su vasallo aquí en España, el señor Abascal, o también de la derecha española». Volvió a meter PP y Vox en el mismo saco.

Por ello, Feijóo solo ganará holgadamente si evita caer en la trampa que le tienden siempre desde La Moncloa. Si el PP asume el marco mental del PSOE, no vencerá nunca.

Modestamente, creo que el Partido Popular debería hacer tres cosas más: no vender la piel del oso antes de cazarlo, pelear hasta el último voto —no se vale no ir a debates en TVE— y dejar de pedir elecciones anticipadas. Mejor que el PSOE caiga como una fruta madura. Cuanto más tiempo pase, mejor para ellos.

Lo último en Opinión

Últimas noticias