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Los científicos se quedan con la boca abierta: cuando el agua se agota, este árbol africano crece aún más

Árbol, naturaleza, curiosidades
Árbol. Foto: Freepik
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Mientras la mayoría de las plantas detienen su desarrollo y entran en modo de ahorro cuando el agua escasea, un árbol emblemático de la sabana africana hace lo contrario: acelera su crecimiento justo cuando hay sequía.

Este fenómeno, documentado por investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y publicado en The Plant Journal, modifica lo que se creía sobre la adaptación vegetal en condiciones extremas.

Acacia de paraguas: el árbol africano que crece cuando hay poca agua

La acacia de paraguas (Vachellia tortilis) es reconocible por su silueta plana y extendida sobre el horizonte africano. Mientras otras especies «se apagan» para resistir el estrés hídrico, esta acacia hace lo contrario: incrementa su actividad fotosintética y acelera su crecimiento.

Según destaca el biólogo evolutivo James Pease, codirector del estudio, en declaraciones recogidas por Earth.com, el árbol adopta una estrategia «de todo o nada» en la fase inicial de la sequía, aprovechando cada gota de agua disponible antes de que desaparezca por completo.

Este comportamiento arriesgado le otorga una ventaja temporal: crece más rápido, almacena carbono y consolida su estructura antes de que el entorno se vuelva completamente inhóspito.

Sin embargo, cuando la falta de agua se prolonga, la acacia sacrifica su biomasa aérea para sobrevivir bajo tierra, aguardando pacientemente la próxima estación lluviosa.

Estrategias de supervivencia de los árboles africanos ante la sequía

El equipo de investigación comparó la acacia de paraguas con su pariente cercana, la acacia espinosa (Vachellia robusta), habitual en zonas más húmedas. Los resultados mostraron dos filosofías evolutivas distintas.

Mientras la V. robusta apuesta por conservar energía y minimizar la pérdida de agua, la V. tortilis adopta una estrategia ofensiva, apostando todo su potencial de crecimiento en un corto periodo de tiempo.

Esta táctica, aunque es arriesgada, le ha permitido adaptarse a ambientes extremadamente secos, donde la competencia por recursos es feroz y las amenazas son constantes.

Sus raíces se desarrollan con una profundidad desproporcionada desde la fase de plántula, garantizando acceso a reservas hídricas inaccesibles para otras especies.

Expresión génica de la acacia de paraguas: cómo crece sin cambiar su ADN

Para entender el origen de esta adaptación, los científicos analizaron el transcriptoma de ambas especies, es decir, la forma en que sus genes se activan durante la sequía.

Descubrieron que ambas comparten las mismas herramientas genéticas, pero las usan en momentos distintos. La diferencia no está en el ADN, sino en el momento exacto en que los genes se expresan.

La investigadora Ellen Weinheimer, autora principal del estudio, explicó que «los genes que se expresan de forma diferencial en respuesta a la sequía no necesariamente presentan cambios en su secuencia, lo que demuestra que estos dos mecanismos son en gran medida independientes entre sí».

Lecciones de la acacia de paraguas para la conservación y cultivos resistentes a la sequía

Los resultados abren nueva línea de investigación en ecología y biotecnología vegetal. Comprender cómo las plantas regulan el momento de su respuesta al estrés podría ser clave para diseñar cultivos más resistentes a la sequía y mejorar las estrategias de conservación en un planeta que se calienta cada año.

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