Lotería Nacional

José Pastor, lotero de Mallorca, se moja como pocos sobre por qué ellos celebran los premios: «En el barrio se nota»

Loteros celebrando
Ilustración ficticia de un lotero celebrando en su administración. Foto: ilustración propia.

Más allá de la venta de boletos, la rutina diaria de los loteros está atravesada por normativas, márgenes fijos y dinámicas que se repiten cada temporada, especialmente cuando se acerca la Lotería de Navidad. En ese escenario, José Pastor (lotero de Mallorca) reveló una delicada información de cómo se maneja un sector que sostiene un volumen enorme de transacciones cada año.

Al exponer criterios económicos y explicar de forma abierta cómo se estructura el margen de beneficio, Pastor puso sobre la mesa los motivos por los que los loteros celebran un premio. Sus comentarios ayudan a situar la tradición, la economía del punto de venta y las particularidades que condicionan la actividad diaria de quienes operan en este entorno regulado.

¿Por qué los loteros celebran los premios, según el lotero José Pastor?

Pastor ha detallado en una entrevista, publicada en YouTube por el youtuber Adrián G. Martín, que el festejo público forma parte de un mecanismo que favorece a la administración cuando se reparte un premio. Según explica, los loteros celebran para que las cámaras de televisión graben el local, la fachada y el entorno más cercano.

Ese impacto comunicativo genera un efecto posterior: incrementa la afluencia de compradores en los días y semanas siguientes. En sus palabras, «en el barrio se nota» porque el premio mejora el movimiento comercial y fortalece la confianza de quienes buscan repetir la suerte en el mismo punto.

El responsable aclara que no existe un ingreso extra por entregar un décimo premiado. El beneficio para ellos llega solo por el aumento del volumen de ventas y por el arraigo social que se crea cuando un barrio identifica a una administración como un punto afortunado.

Por otra parte, Pastor insiste en que la rentabilidad es limitada. Cada décimo de 20 euros deja una comisión de 90 céntimos, un 4,5% fijado por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado. Abrir una administración puede requerir alrededor de 400.000 euros y los titulares responden con su propio patrimonio por los boletos que no se devuelven.

En este marco, que los loteros celebran un premio no responde a un ingreso extraordinario, sino al impulso comercial que la exposición mediática genera en un modelo de negocio con márgenes muy acotados. Dar un premio importante es la mejor publicidad que una administración de lotería puede tener.

Seguridad y operativa diaria de la lotería

Pastor explica también el proceso que se sigue con los décimos no vendidos. Una vez devueltos oficialmente, los boletos se perforan mediante máquinas específicas para impedir cualquier uso indebido.

Este protocolo incluye custodia profesional hasta su entrega a la delegación correspondiente, evitando cualquier margen de error. El lotero señala que, al pasar por la máquina, el código de barras queda inhabilitado y el décimo pierde todo valor.

Además, desestima la idea de que estos locales sean un punto de riesgo habitual para la detección de conductas problemáticas o actividades irregulares. Describe a los clientes como compradores ocasionales que adquieren boletos con importes bajos y expectativas ajustadas.

El futuro del sector y el peso de la Lotería de Navidad

La Lotería de Navidad es el sorteo que concentra la mayor demanda del año. Después de este pico, el interés baja de forma notable. Según Pastor, este evento es la base del negocio para muchas administraciones, especialmente frente a los puntos mixtos, que no disponen de décimos físicos.

Esa diferencia constituye una ventaja competitiva que, sin embargo, podría modificarse si se amplía la capacidad operativa de los mixtos o se bloquean determinados números.

El lotero considera que la falta de una asociación fuerte entre administraciones dificulta la defensa de intereses comunes, en contraste con el sector mixto, que actúa de manera más unificada. Frente a este escenario, plantea que el futuro dependerá de cambios normativos y de una posible revisión de comisiones que permita sostener la actividad.

A su vez, Pastor comenta que los ganadores suelen mantener su identidad en privado, algo que forma parte de una tradición arraigada y que contrasta con la práctica de otros países en los que los agraciados se presentan públicamente.

Por último, aunque reconoce que un gran premio permite tomar decisiones amplias, sugiere prudencia en los casos de importes intermedios: priorizar estabilidad antes que gastos impulsivos forma parte del consejo de este profesional.

Últimas noticias de la Lotería de Navidad

Lo más visto