Sánchez se lava las manos y deja a los colegios sin protocolo para los contagios masivos de ómicron

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Carlos Cuesta

El Ministerio de Sanidad ha elaborado ya su nuevo protocolo para la vuelta al colegio con ómicron tras las Navidades. Deja a los menores de 12 años sin cuarentena, a menos que el brote por clase supere los tres positivos, como adelantó OKDIARIO. Pero, más allá de ese aspecto, lo más llamativo no es lo que dice, sino lo que ha quitado con respecto a anteriores protocolos. Y es que ha dejado literalmente sin protocolo a los colegios para los contagios masivos que superen un aula. Para esos casos, los colegios tendrán que improvisar. Y, como la competencia educativa es autonómica, si falla algo, Sánchez podrá culpa a las comunidades sin asumir responsabilidad alguna.

El nuevo documento del Ministerio de Sanidad define únicamente el protocolo para el manejo de casos, sin mencionar los contactos y brotes. Y lo hace eliminando, por ejemplo, la exigencia de medidas de protección para los profesores.

Así, por ejemplo, el nuevo protocolo ha eliminado un punto incluido con anterioridad que protegía al profesorado: “Si la persona con síntomas no se puede poner una mascarilla quirúrgica (niños menores de 6 años, personas con problemas respiratorios, personas que tengan dificultad para quitarse la mascarilla por sí solas o que tengan alteraciones de conducta que hagan inviable su utilización), la persona acompañante usará, además de la mascarilla FFP2 sin válvula, una pantalla facial y una bata desechable”. Este punto iba dirigido claramente a los profesores y exigía unas medidas de protección que ahora desaparecen, con lo que los colegios no podrán reclamar esos mecanismos de protección para sus profesores.

La mecánica de actuación ante un brote también cambia. Sólo se exige cuarentena para el grupo burbuja en educación infantil. Y se eliminan de ese nivel de protección los siguientes puntos:  «Un brote en varias aulas sin vínculo epidemiológico (perfectamente recogido en el protocolo del 7/9/2021); brotes en varias aulas con vínculo epidemiológico: (también en el protocolo del siete de septiembre); y los brotes en el contexto de una transmisión no controlada: (igualmente en el protocolo de septiembre)».

En estos puntos se detallaba de forma clara cómo debían actuar los centros educativos ante estas situaciones. Ahora, al eliminarse, deja de tener relevancia la situación epidemiológica y de diseñarse sistemas de protección específicos, lo que es clave para determinar, controlar y hacer el seguimiento de los brotes.

En el nuevo protocolo, además, queda en manos de los centros escolares toda decisión respecto a estos aspectos, con lo que la responsabilidad del Ministerio de Educación y del Gobierno central desaparece.

El nuevo redactado admite que “los escenarios de aparición de los casos de Covid-19 en los centros escolares pueden ser muy variables. Pueden aparecer casos en un único GCE o clase sin que se produzca transmisión en dicho grupo o en la clase. Puede detectarse un brote en un grupo en el que a partir de un caso se generó transmisión en el GCE o en la clase o también pueden detectarse brotes en varios grupos o clases sin que exista relación entre ellos y ser eventos independientes, o producirse brotes en diferentes grupos de convivencia o clases con vínculo entre ellos en el propio centro educativo”. Y, para todos esos casos el protocolo señala lo siguiente: “El control de la transmisión en estos escenarios y las actuaciones necesarias para su control dependerán de factores relativos a la organización propuesta por cada centro educativo.

Algunos de estos elementos son la sectorización del centro escolar con una separación franca entre las distintas etapas educativas: infantil, primaria, ESO y bachillerato o la presencia de una o varias líneas escolares.”.

Los anteriores protocolos, por el contrario, definían respuestas claras a todas las situaciones.

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