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Sánchez blanquea sus pactos con Bildu con un show de destrucción de armas de ETA

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Vídeo y locución: Víctor Jiménez.
Pelayo Barro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha escenificado este jueves en Madrid lo que el mismo ha denominado «el fin del terrorismo» con la destrucción de 1.400 armas incautadas a ETA y otros grupos. Un acto en el que Sánchez ha reivindicado la «reconstrucción de la paz» y que coincide con los pactos del PSOE con EH Bildu y los acercamientos a presos de ETA. Las víctimas se han negado a acudir al considerarlo «propagandístico» y orientado al blanqueamiento de los herederos de la banda, mientras recuerdan que aún quedan 379 crímenes de la banda sin resolver.

Pasaban unos minutos de las 12 de la mañana cuando ha dado comienzo el acto «simbólico» de destrucción de armas de ETA en el patio de Colegio de Guardias Jóvenes “Duque de Ahumada” de la Guardia Civil en Valdemoro (Madrid). En la tribuna de autoridades había medio centenar de representantes acompañando a Pedro Sánchez, entre los que se contaban los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska, de Defensa, Margarita Robles, y los directores generales de Policía y Guardia Civil.

El hilo conductor de todo el acto ha sido el «simbolismo», palabra más repetida en los discursos, que rodea a la destrucción mediante una apisonadora de las 1.400 armas que permanecían guardadas desde hace décadas. Un símbolo del «final del terrorismo», de la «derrota» de ETA, según Pedro Sánchez. Esa ‘derrota’ se reivindica justo cuando el PSOE ha convertido a EH Bildu en una de las patas aritméticas para sostener al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Un apoyo que se traduce cada viernes en el acercamiento de una media de 5 presos de ETA a cárceles del País Vasco o próximas a este. Ya se cuentan por encima del centenar. Tras el goteo incesante de traslados efectuados por el Ejecutivo de Sánchez, los presos de la banda que ya están cerca de sus casas son más del 60%.

«No podemos recuperar vidas»

«Hemos visto la destrucción de armas, pistolas, fusiles, escopetas… la mayoría fueron incautadas a la banda ETA, el 10% a los GRAPO. Su destrucción tiene un grandísimo significado», ha insistido Sánchez. «La importancia de este acto es que quien entrega las armas acepta la derrota. Se levanta de nuevo acta de la derrota de ETA», ha vuelto a recalcar el presidente.

En la misma línea, el presidente ha reforzado de nuevo la idea central del discurso: «La destrucción de armas refuerza la idea de derrota de ETA. No se puede cambiar el pasado, pero tenemos la obligación de repararlo».

«No podemos recuperar las vidas que perdimos. Pero si está en nuestra mano luchar contra la desmemoria. Nunca se acaba de construir del todo el camino de la paz», ha asegurado Pedro Sánchez en un guiño a esa «reconstrucción» social que dice estar tras su dialogo con EH Bildu.

Las víctimas se rebelan

Las víctimas no ha ‘tragado’ con esta escenificación del fin de ETA. «A Sánchez sólo le ha faltado subirse a la apisonadora». Esa es la reflexión que ha hecho para OKDIARIO Daniel Portero, diputado del Partido Popular en la Asamblea de Madrid y Portavoz de la asociación de víctimas del terrorismo Dignidad y Justicia.

Desde las plataformas de víctimas del terrorismo y desde la oposición se ha criticado profundamente este acto, que en un principio iba a ser a puerta cerrada y enfocado a las víctimas pero a terminado capitalizado por Moncloa. De hecho, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE) no ha querido asistir al acto calificándolo de “propagandístico”.

En palabras de la asociación, estos eventos tienen como objeto ocultar el “rotundo fracaso” del Estado de derecho con las víctimas del terrorismo, especialmente con las de ETA, a las que a más de la mitad se les han negado sus derechos a la Verdad y a la Justicia.

“¿Cómo vamos a ir a un acto público en el que se destruyen las armas con las que han asesinado a nuestros familiares? ¿De verdad alguien cree que esto es motivo de celebración?”, se ha preguntado Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE.

379 Asesinatos sin resolver

“Jamás iríamos a un acto público en el que se destruyen pruebas que han podido servir para esclarecer los asesinatos de nuestros familiares. Nos han asegurado que las armas que se van a destruir ya no tienen valor judicial para futuras investigaciones, pero es lógico que tengamos dudas sobre si servirían para esclarecer alguno de los más de 350 crímenes de ETA que todavía están sin resolver”, ha advertido Ordoñez.

Efectivamente, pese a las palabras de Pedro Sánchez, la Justicia aún está pendiente de resolver un total de 379 asesinatos sin resolver por parte de la banda terrorista. Quién sabe si de alguna de esas 1.400 armas  salió la bala que mató a alguno de ellos.

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