Presión a Belarra para que rompa con Montero e Iglesias y facilite el acuerdo entre Podemos y Sumar

Podemos Sumar
Ione Belarra e Irene Montero. (Foto: EP)

Quedan menos de 48 horas para el registro de coaliciones ante la Junta Electoral Central. Y según todas las fuentes conocedoras de las negociaciones, consultadas por OKDIARIO, «cada vez parece más improbable el acuerdo». Como mínimo «para que resulte creíble y no se rompa a la primera de cambio». La presión, ahora mismo, recae sobre la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. Dirigentes de su partido, la mayoría de direcciones territoriales de la organización morada e incluso otros partidos a la izquierda, le piden a Belarra que rompa con Irene Montero y Pablo Iglesias para facilitar así el acuerdo entre Podemos y Sumar.

La presencia de la ministra de Igualdad en las listas y los ataques furibundos permanentes de su pareja, Pablo Iglesias, contra el resto de aliados de Yolanda Díaz se han convertido en el principal escollo de la negociación. Y también en un factor desestabilizador tanto a corto como a medio plazo, en caso de llegar a un acuerdo que todos tachan de «muy improbable». Sólo «un milagro» en forma de «renuncia» podría allanar el camino en las horas que quedan para el pacto. Tendría que ser Montero la encargada de dar un paso atrás o Belarra la que optase por imponer su criterio -y el de la mayoría de la dirección- de coaligarse con Díaz. Ambas cosas parecen complicadas a esta hora.

Sobre la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 es sobre quien recae toda la presión en estos momentos. Ione Belarra hace nueve días que no habla con Yolanda Díaz. Y no lo hace «por el aburrimiento» provocado por las «trabas y trampas» que ponen casi a diario Montero e Iglesias. Miembros de su dirección y dirigentes territoriales de la formación morada le recomiendan que «dé un golpe de autoridad» y «deje de hacer caso constantemente» a los dos de Galapagar. Pero, tal como resume a la perfección un colaborador de la ministra, la navarra «sabe que se lo debe todo a Montero e Iglesias».

Ione Belarra tiene prácticamente asegurado su escaño en el Congreso, como número uno por Navarra, en caso de ir en coalición con Sumar. Pero no lo tendría tan fácil para volver a sentarse en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo si finalmente el ex vicepresidente y la ministra de Igualdad imponen su criterio y ponen en marcha el plan B de una candidatura propia. La intención, en este caso, es que sea Irene Montero la que lidere la candidatura -algo que en el entorno de la secretaria general se niegan a aceptar-. De ser así, y en caso de cumplir con la ley de paridad que ellas mismas impulsaron, configurando las listas en forma de cremallera mujer-hombre-mujer, Belarra se situaría de número tres por Madrid o de número uno por Navarra. Ningún sondeo de los publicados hasta ahora asegura su elección.

Iglesias y Montero

Ése es uno de los motivos que algunos de sus colaboradores más cercanos y los dirigentes favorables al acuerdo con Díaz le esgrimen a la líder podemita para que ejecute ese movimiento de plantar cara a Irene Montero y Pablo Iglesias. Para que ponga el criterio de la mayoría de la organización por el de una ministra y un militante de base que ya no ostenta ningún cargo institucional ni orgánico. «Su lealtad» a ambos, por eso, «se lo impide», señala una diputada cercana a la vicepresidenta segunda que conoce muy bien los entresijos de Podemos.

Por ahora no está previsto que Belarra y Díaz vuelvan a hablar. Como mínimo en las próximas horas. Con el ambiente más enrarecido que incluso hace unas semanas, cuando aún no se habían adelantado las elecciones, las dos lideresas aguardan al trabajo de los equipos negociadores para «salir al rescate» en el último minuto si fuera necesario. Casi en el tiempo de descuento. Eso ocurriría a última hora de este jueves o primera hora del viernes. Y es que más allá de la configuración de las listas, y el encaje en ellas de personas como Montero o su viceministra Ángela Rodríguez Pam, Sumar y Podemos todavía tienen que llegar a un acuerdo sobre el reparto de las subvenciones, de los tiempos de exposición en la tribuna de oradores y en los medios de comunicación. Tarea nada fácil.

Aunque a lo largo de esta semana se han producido reuniones de los equipos negociadores que han llegado a las 16 horas de conversaciones, no se han producido prácticamente avances. Por eso, explican en el equipo de Yolanda Díaz, por mucho que se consiga cerrar un acuerdo in extremis antes del cierre del plazo de registro de las coaliciones este «será muy endeble». «Nada hace presagiar que se pueda sellar un documento que impida desavenencias y fricciones de calado importantes que hagan saltar por los aires el grupo parlamentario incluso antes de la conformación del mismo» señalan a esas mismas fuentes.

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