Crisis del coronavirus

La ‘bomba vírica’ de Page: los contagios se multiplican en Castilla-La Mancha al doble de ritmo que en Madrid

PP Page
Emiliano García-Page, Isabel Díaz Ayuso y Alfonso Fernández Mañueco. (Foto: Ricardo Rubio - Europa Press)
Pelayo Barro

El riesgo de contagiarse del coronavirus en Castilla-La Mancha se ha multiplicado casi por nueve en apenas un mes. Las cifras de nuevos casos se han disparado en la región y la incidencia acumulada ha aumentado casi el doble de lo que lo ha hecho en Madrid, que el presidente regional Emiliano García-Page califica de «bomba vírica» para responsabilizarle de las infecciones.

El pasado 7 de agosto, Castilla-La Mancha mostraba una incidencia acumulada de 29 casos por cada 100.000 habitantes respecto a los últimos 14 días anteriores. Un índice de riesgo exactamente igual al de la media de los países europeos, que se mantenían en un nivel bajo en la escala marcada por el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC).

Un mes después, Castilla-La Mancha ha multiplicado casi por nueve su incidencia acumulada, alcanzando los 248 casos por cada 100.000 habitantes. Un nivel muy alto en la escala del ECDC y superior a la de prácticamente todos los países del mundo (sólo Perú y Argentina muestran mayor riesgo). Ha sumado 9.324 nuevos casos en ese periodo, lo que supone prácticamente un 50% de los casos que había acumulado en los seis meses anteriores.

El ritmo de crecimiento de esta incidencia acumulada, uno de los principales indicadores a tener en cuenta para analizar la evolución de la pandemia, es muy superior a la que muestra la Comunidad de Madrid: ésta ha pasado de una incidencia de 100 a una de 535 en un mes, pero la cifra va estabilizándose y tendiendo al descenso. Se ha multiplicado por cinco, prácticamente la mitad de lo que lo ha hecho el índice castellano-manchego. Aún así, García Page considera que Madrid es una ‘bomba vírica’ y le culpa de sus malos datos epidemiológicos.

La «bomba vírica» Madrid

Septiembre ha comenzado con una campaña de acoso y derribo contra la Comunidad de Madrid, gobernada por la ‘popular’ Isabel Díaz Ayuso. Pedro Sánchez abrió la espita y a ella se han ido sumando medios y políticos socialistas. Dentro de esa ofensiva, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, llegó a culpar a los madrileños de ser responsables 80% de los casos que sufrió su comunidad: «Vinieron de la bomba radioactiva vírica que se plantó en Madrid».

García-Page considera que los visitantes procedentes de Madrid son los culpables de la preocupante situación epidemiológica que muestra Castilla-La Mancha. Un ataque a Madrid que forma parte de la campaña lanzada desde la izquierda contra la región gobernada por el PP. Los casos de contagio crecen en Madrid de forma bastante significativa, aunque al nivel que lo hacían a principios de agosto en Aragón (gobernada por el PSOE) sin que nadie diese la voz de alarma.

Emiliano García-Page ha cargado contra la gestión realizada por Ayuso, con quien se reunió esta misma semana cara a cara, y quiere eludir cualquier tipo de responsabilidad sobre lo que le pase a los castellanomanchegos porque la culpa la tiene Madrid. «A la región le irá bien o mal» en función de que «se controle o se descontrole» la comunidad vecina, aseguró Page.

Campaña turística en la capital

Por otra parte, García-Page centró su campaña promocional de turismo de este verano en el visitante nacional. Específicamente, en el turista madrileño, al que ahora culpa de haber actuado como «bomba radioactiva vírica» y ser responsable del 80% de los contagios en la región.

«Tus vacaciones nunca habían estado tan cerca». Con ese lema, el Gobierno de García-Page se lanzó este verano a captar, especialmente, al turista madrileño. Para ello destinó un total de 3 millones de euros para la contratación de espacios en zonas por «donde pasan millones de personas», según advirtió la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, durante la presentación de la campaña.

De hecho, se hizo especial hincapié en el hecho de que la campaña llegase masivamente a los madrileños. Para ello, se colocaron creatividades “en Atocha, en Chamartín, en la estación de Metro de Sol, por la que pasan millones de personas a diario, y con grandes proyecciones en pantallas gigantes en Callao y en el Cine Capitol, además de mupis y promoción en autobuses del extrarradio norte y sur de la ciudad”, aseguraba Franco.

La campaña giraba en torno al concepto de la cercanía, con frases como «el valor de la palabra cerca», «lo que tenemos al lado es lo mejor del mundo» o «sentirnos cerca nos da seguridad».

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