El Gobierno se reúne con las empresas energéticas para preparar un plan ante el posible corte del gas

Defensa gas Rusia
Vladimir Putin Teresa Ribera
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Gobierno se está reuniendo estos días con las principales empresas eléctricas y gasistas que operan en España para preparar un plan ante un posible corte del suministro de gas a partir de septiembre, según fuentes conocedoras de las conversaciones. Como adelantó OKDIARIO este viernes, el ministerio de Teresa Ribera está montando un gabinete de crisis ante esta eventualidad, en el que también quiere contar con agencias expertas en comunicación en este tipo de situaciones.

Además, este plan debe coordinarse con Bruselas dentro de un plan de respuesta europeo a este posible corte, donde España probablemente tendría que suministrar gas a otros países.

En estas reuniones, el Ejecutivo está solicitando a cada compañía que le explique qué suministros considera esenciales en su zona de distribución: domésticos (normalmente considerados prioritarios) o industriales; y dentro de estos, cuáles son más relevantes, como las centrales que generan electricidad con gas -ciclos combinados- para evitar que la falta de abastecimiento de gas se traduzca en un apagón de la luz.

En estos planes, siempre se prioriza aquellas infraestructuras esenciales como hospitales, colegios, residencias de ancianos, así como instalaciones militares y de las fuerzas de seguridad. Y, salvo que la falta de suministro se prolongue durante mucho tiempo, se intenta no cortar el gas a los hogares, sobre todo en invierno.

El sector energético mantiene reuniones periódicas con el Ministerio de Transición Ecológica para tratar los temas que le afectan. Pero a veces tienen un contexto más complejo, como ocurrió cuando el Gobierno aprobó la «excepción ibérica» que ponía un tope al gas en la subasta diaria de la luz (que se ha traducido en una subida aún mayor de la electricidad, como es bien sabido). Ahora, estaríamos en una situación incluso más relevante por el escenario internacional.

Vladímir Putin ha anunciado el cierre del gasoducto Nordstream 1, que une Rusia con Alemania, entre el 11 y el 21 de julio para «trabajos de mantenimiento» y se teme que prolongue ese cierre para presionar a Occidente en la guerra de Ucrania. Además, Siemens está reparando en Canadá una turbina de esa infraestructura y Ucrania ha pedido que no la envíe a Rusia cumpliendo el embargo internacional, lo cual también podría alargar ese cierre.

Este cierre no tendría un impacto excesivo en verano, pero sería catastrófico a partir de septiembre, cuando empiecen a bajar las temperaturas; el famoso escenario apocalíptico del BCE. Eso es lo que teme el Gobierno, de ahí que esté manteniendo estas reuniones para prepararse para este escenario.

Escenario improbable pero no imposible

Las fuentes matizan que no es el escenario principal ni del Ejecutivo ni del sector, porque España es de los países con menos dependencia del gas ruso y con mayor nivel de aprovisionamiento contratado a largo plazo, tanto a través del gasoducto de Argelia como de buques metaneros. Ahora bien, tampoco se puede descartar un problema de suministro si todos los países de Europa y Asia se lanzan a comprar gas en buques a la vez si falta el de Rusia.

Antes de producirse este corte, lo que ocurriría es una subida explosiva del precio del gas (que se trasladaría al de la luz), que puede tener los mismos efectos casi que una falta de suministro: la población no podría encender la calefacción ni los aparatos eléctricos porque su coste sería prohibitivo. Eso provocaría el estallido social que tanto teme Pedro Sánchez y que explica estas reuniones y este gabinete de crisis.

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