El consumo de leche y queso se reduce hasta un 20% por el alza de precios y pone en jaque a los ganaderos
El encarecimiento que han experimentado los lácteos está empezando a tener consecuencias en los hogares: el consumo de leche se ha desplomado un 20% y el de queso ha caído casi un 8%. Una situación que ha puesto en jaque al sector ganadero, que asfixiado por el alza de los costes y la reducción de la demanda de productos lácteos, ha optado por sacrificar a sus reses para vender la carne en vez de ordeñarlas.
La guerra de Ucrania ha puesto en jaque muchos sectores, entre ellos, el de la alimentación. El bloqueo del trigo y pienso ucraniano encareció los costes de la ganadería, lo que se trasladó a su vez a un encarecimiento de las materias primas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la leche se ha encarecido un 19,7% en lo que va de año, mientras que el precio del queso se ha disparado un 12,6%.
Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, el consumo en los hogares en el mes de abril asciende a 230.807 toneladas de leche de consumo, 56.588 toneladas de leche fermentada y 29.664 toneladas de queso. De esta forma, se registra un descenso en el consumo del 20,2% en la leche de consumo, del 13,4% en la leche fermentada y del 7,4% en el consumo de queso con respecto al mismo mes del año anterior. Teniendo en cuenta el acumulado del año el consumo de leche de consumo desciende un 8,0%, el de leche fermentada un 10,2% y el consumo de quesos un 6,5%.
Por su parte, el campo español vive sus horas más bajas por el aumento de los costes. Los ganaderos denuncian que vender leche ya les sale a pagar, ya que por un litro les pagan cerca de 40 céntimos pero el coste de su producción es de 50 céntimos. Esto es, por cada cartón pierden 10 céntimos. Una situación insostenible que ha llevado a los propietarios de las granjas a apostar por una opción mucho más rentable en el mercado: vender la carne. Así, en el último año se ha disparado el número de sacrificios de vacas productoras de leche -un práctica que no es habitual- hasta alcanzar las 20.000.
«Vender leche ya no es un negocio rentable para las explotaciones ganaderas, que están optando por sacrificar a sus cabezas de ganado porque comercializar la carne sale mucho más rentable y además reducen la factura en luz, combustible, medicamentos y piensos», explican desde la patronal Asaja. De esta forma, el alza de los costes y el encarecimiento del alimento para los animales ha obligado a los ganaderos a aumentar el número de vacas sacrificadas en 71.000 durante los primeros cinco meses del año.