FC Barcelona

El entrenamiento a puerta abierta en el Camp Nou llega en el peor momento para el Barça

El Barcelona ha dado un bajón de cara a las aspiraciones de la temporada

Los problemas con la reforma del estadio tampoco ayudan

Frenkie de Jong desmonta punto por punto el relato del Barça de Flick

Hansi Flick y su ayudante, en un entrenamiento del FC Barcelona. (Europa Press)
Hansi Flick y su ayudante, en un entrenamiento del FC Barcelona. (Europa Press)

El FC Barcelona vuelve al Camp Nou. Lo hará con un entrenamiento a ‘puertas abiertas’ delante de los 23.000 aficionados que compraron su entrada para volver al estadio más de dos años después. Aunque se trata de un motivo de celebración, que vislumbra cada vez más de cerca volver a su casa, el equipo no ha respondido en las últimas semanas para que los reciban con los brazos abiertos.

A nivel deportivo, los resultados no están siendo positivos. El pinchazo en Champions contra el Brujas volvió a poner en duda la fiabilidad del modelo de Hansi Flick. También arrastra otras cargas emocionales como el hecho de perder partidos ante gigantes como el PSG y especialmente el Real Madrid en el Clásico. La imagen en los tres partidos siguió el mismo patrón: errores defensivos y falta de carácter competitivo. Justo sus fortalezas que tanto ayudaron la temporada pasada.

A cinco puntos del liderato en Liga y fuera del top-8 en Champions, el Barcelona atraviesa un desierto que necesita de jugadores que den un paso al frente. Sin embargo, tampoco ayuda el ruido externo. En el ambiente se sigue respirando la hostilidad hacia Lamine Yamal. Gestos como el que hizo al banquillo rival y el embrollo en el Santiago Bernabéu le ponen en el foco, especialmente en momentos como este.

La promesa de Laporta y los líos del Camp Nou

En el panorama institucional, Joan Laporta tampoco tiene motivo de festejo. La cancelación del partido de Miacormi y las demoras en la reapertura del Camp Nou han sido los principales golpes que se ha llevado la directiva. Aunque logró la primera licencia a mediados de octubre para la primera ocupación, el club decidió esperar para poder aumentar su capacidad y evitar pérdidas en comparación con lo que ingresa en Montjuic.

Poco después de comunicar que abría sus puertas de nuevo, salieron dos nuevos escándalos en la misma semana. Primero se manifestaron los trabajadores en los aledaños del estadio por las condiciones laborales y poco después el Ayuntamiento de Barcelona abrió una investigación después de que uno de los obreros diese positivo en tuberculosis. Aun así, Laporta fue muy claro con los plazos para volver a vivir un partido:

«Hay muchas ganas de Camp Nou. Estamos muy agradecidos con los socios, socias, aficionados y aficionadas, de que tengan tantas ganas. Que se hayan vendido todas las entradas es una gran noticia. Es un test que debe hacerse. El entrenamiento nos ayudará a saber cómo funcionarán todos los aspectos para organizar un partido de fútbol. Se ha constatado que está todo listo y ahora haremos un test público para corroborarlo. Salvo imponderable, el regreso tendrá lugar entre el 22 o el 29 de noviembre», confesó antes del partido de Champions. Un regreso que espera ser la primera piedra para que vuelva la ilusión en Barcelona.

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