Receta de estofado de ternera con anchoas

Este estofado de ternera con anchoas es una receta fácil y deliciosa. Los amantes de las combinaciones mar y montaña disfrutarán al máximo con una mezcla ganadora. La ternera será la protagonista de un guiso que contará con un ingrediente estrella inesperado, las anchoas. La carne le dará su textura especial, esta ternera se deshará gracias a un chorrito de vino y una base de verduras. Completaremos esta maravilla con unas anchoas, el sabor salado de este pescado resaltará aun más el resto de los ingredientes. Atrévete a probar un estofado de ternera con anchoas espectacular.

Ingredientes:

Cómo preparar un estofado de ternera con anchoas

1. Esta receta es muy fácil de preparar y nos ayudará a traer a la mesa un guiso tradicional con un punto especial. Empezaremos preparando el sofrito. Pelamos y picamos la cebolla y el ajo. Los ponemos en una sartén con la mantequilla y un poco de aceite. Pochamos durante unos minutos.
2. Mientras la cebolla y el ajo están en el fuego, nos ponemos manos a la obra con las anchoas. Usaremos unas anchoas enlatadas, las escurrimos y troceamos para que se mezclen mejor en este fondo repleto de sabor.
3. Cuando las cebollas estén tiernas, incluiremos las anchoas a este sofrito. Vamos a freír este fondo unos minutos más.
4. Seguiremos con la carne de ternera. Usaremos una pieza lo más tierna, especifica para guisos. La cortaremos a tacos del mismo tamaño. Salpimentamos y enharinamos.
5. Freímos la ternera con el resto de los ingredientes. Deberá quedar dorada por fuera para terminar de hacerse en un mar de sabores impresionantes.
6. Añadimos el vino. Este ingrediente ayudará a que la ternera quede más tierna. Cuando se evapore el alcohol, incorporamos los tomates pelados y troceados.
7. Le daremos un poco más de sabor con las hojas de laurel. Tapamos y dejamos que se vayan cocinando los tomates con el resto de los sabores. Rectificamos de sal y pimienta al gusto.
8. Incorporamos el caldo y esperamos a que la carne esté lo más tierna posible. En ese momento retiramos las hojas de laurel y servimos con un poco de pan. Tendremos listo un estofado con mucha personalidad, un clásico que nunca fallará.