Pegasus: nunca se sabrá la verdad

Pegasus: nunca se sabrá la verdad
Pegasus: nunca se sabrá la verdad

Existen muchos sistemas para infectar teléfonos:  Pegasus, Galileo, Predator, 0click, DK… Los Mozos y la Ertzaintza tienen acceso a sofisticadas herramientas adquiridas con certificados del CNI avalándolas como policías del Estado. Policía Nacional y Guardia Civil no disponen de los medios técnicos de Ertzaintza y Mozos ¿Quién controla esas policías profesionales nada politizadas? Se conocieron prácticas de espionaje de Mozos a políticos españoles en Cataluña en 2017, oponiéndose los independentistas a crear una comisión de investigación en el Parlamento catalán ¿Alguien escribió sobre policía política/patriótica? ¿Se investigó?

La policía obedece a los gobiernos en todos los regímenes. Se utilizan los adjetivos “patriótica” o “política” para desprestigiar a la Policía Nacional, como si Mossos, Ertzaintza o Foral estuvieran menos politizadas. Las autonómicas son democráticas, las del Estado, sospechosas. El independentismo, con la complicidad del gobierno, crea una ficción mediática, una mentira con medios de comunicación maestros en propaganda y manipulación, máquina de fango contra instituciones del Estado central. Instalan en la opinión pública como verdad una mentira. Es el caso de la policía patriótica o de Villarejo, cabeza de turco del que nadie cree que trabajaba por libre sino cumpliendo órdenes de sus jefes y del CNI, como ya ha acreditado documentalmente, siendo utilizado y traicionado por superiores, políticos y otros personajes poderosos. La mentira sembrada profusamente para conseguir su muerte civil, su descrédito más absoluto no acaba de sentenciarlo. No siempre lo consiguen.

La información difundida en medios de comunicación de masas, cierta o falsa, crea la opinión pública. Es la herramienta más poderosa para dirigir la sociedad. Si preguntamos “quién hizo el informe PISA” la respuesta mayoritaria será “Villarejo”. Durante años se le imputó el informe en los medios; establecido en sede judicial que no participó, ningún medio rectificó ni informó con titulares similares a las mentiras que se lo adjudicaban. La verdad no tiene nada que ver con lo que cree la opinión pública. Interesaba al pensamiento único talibán del Gobierno, sus apoyos y también al PP, la mentira que ha sido insertada en la opinión pública. Constan pruebas en sede judicial de una causa general prospectiva, prohibida en la ley, sobre 30 años en materias de inteligencia de Villarejo. Jueces, fiscalía, policía, medios de comunicación, “el Estado” en abstracto (¿CNI?), juegan en el mismo equipo contra Villarejo.

En un Estado donde políticos independentistas pretenden dividir la nación, proclaman la independencia y organizan un referéndum ilegal para romper el Estado, el servicio secreto está obligado a conocer qué, cómo, y cuándo lo harán. Legalmente, claro, que es como se ha hecho. Quienes han intervenido teléfonos ilegalmente pueden encubrirlo denunciando sus propias prácticas en una operación clásica de falsa bandera, (dejan pruebas, pero ningún rastro posterior que pueda conducir a ellos). Open Society, de Soros, financia generosamente organismos independentistas desde hace muchos años. Las conexiones con Rusia están acreditadas. ¿Estrategia para desestabilizar el Estado? Con la complicidad política de Podemos desde el Gobierno, sería una maniobra acertada porque Sánchez está dispuesto a debilitar cualquier institución, incluido el CNI, por seguir viajando en Falcón. Transmite una vergonzosa sensación de sumisión a Marruecos y al independentismo.

Han sido intervenidos los teléfonos de Obama, Merkel, Macron y otros dirigentes. Ninguno lo ha reconocido y menos, difundido. En España se infectaron el pasado año y se sabe ahora. Sánchez enfanga el prestigio del CNI, que responde filtrando que en julio del pasado año lo detectaron y pidieron revisar teléfonos oficiales. El Gobierno señala injerencia “exterior”. ¿Marruecos? Nunca se sabrá y, tras el cambio del Sáhara menos; la verdad puede ser un arma muy peligrosa.

 

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