La desinformación se llama Pedro Sánchez

La desinformación se llama Pedro Sánchez

El Gobierno ha publicado en el Boletín Oficial del Estado una Orden mediante la cual ha creado la Comisión Permanente Contra la Desinformación que manejarán entre Iván Redondo, jefe de gabinete de la Presidencia del Gobierno y Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación, o sea, el gurú y el dircom de Pedro Sánchez, quienes recibirán la ayuda del imputado Juanma del Olmo, director de Comunicación y Estrategia de la vicepresidencia de Pablo Iglesias. El farragoso texto legal mezcla recomendaciones de la Comisión Europea previstas para la prevención de ataques por parte de terceros Estados, con planes del Parlamento Europeo contra la desinformación acerca de la COVID-19, para hacer un totum revolutum del que salen las excusas para crear el organismo dependiente directamente de “su persona” con el que va a controlar todo lo que se publique en los medios de comunicación y redes sociales españolas.

La Comisión contra la Desinformación que controlará Pedro Sánchez «establece cuatro niveles diferentes de activación» que van desde un primer nivel donde se detectarán lo que se consideren «campañas de desinformación», un segundo nivel que priorizará los esfuerzos, un tercero «en el que se adoptan decisiones y marcan objetivos de carácter político-estratégico con el objeto de hacer frente a una campaña de desinformación», hasta un cuarto y último nivel «de gestión política» desde el que se tomarán las decisiones coordinadas del Consejo de Seguridad Nacional. Si en realidad esto se utilizara para luchar contra el terrorismo informativo con el que se pueden producir ataques por parte de terceros Estados y contra la desinformación malintencionada acerca de la pandemia de la COVID-19, no habría nada que objetar. Pero cuando al frente de esta Comisión contra la Desinformación se pone a Iván Redondo, Miguel Ángel Oliver y el imputado Juanma del Olmo, tenemos que empezar a sospechar que algo no cuadra. 

En el pacto suscrito entre PSOE y Podemos para la investidura de Pedro Sánchez, los socios ya avanzaban su intención de impulsar una estrategia nacional para «la lucha contra la desinformación», que incluiría la «elaboración de guías, mejores prácticas y cursos» para combatirla. Pablo Iglesias jamás ha ocultado su interés por controlar los medios de comunicación y en sus programas electorales ha propuesto la realización de campañas de formación en «todas las fases del sistema educativo» para «impulsar una audiencia activa, crítica y participativa en unos medios de comunicación plurales». Con la creación de esta nueva Comisión contra la Desinformación, dependiente directamente de Moncloa, serán Sánchez e Iglesias los que definan los contenidos y los fines con los que se llevarán a cabo esas campañas de «alfabetización mediática» que adoctrinarán sobre lo que es noticia y lo que no lo es.

Hace ya más de dos años que OKDIARIO publicó, en relación con la tesis doctoral del presidente del Gobierno, que “Sánchez y su ‘negro’ plagiaron párrafos enteros de informes del Ministerio de Industria”. Sánchez dirigió entonces un burofax a Eduardo Inda, director de este medio, conminándole a que se retractase y amenazándolo, si no lo hacía, con el ejercicio «de cuantas acciones me correspondan en Derecho, incluidas las del carácter penal». Dos años en los que Inda no sólo no se ha retractado, sino que OKDIARIO ha seguido publicando informaciones que han hecho que Sánchez se gane a pulso el apelativo de Cum Fraude. Y la denuncia no ha llegado, porque aún no existía esta nueva Comisión contra la Desinformación.

A partir de ahora empezará a ser peligroso hablar sobre su tesis doctoral, recordarle sus promesas de que nunca pactaría con los populistas de Podemos ni mucho menos negociaría con los proetarras de Bildu: «Con Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo cinco veces, o veinte, con Bildu no vamos a pactar». Hasta puede ser un gran peligro difundir el vídeo en el que, en relación a lo ocurrido en Cataluña el 1-O, afirma que «clarísimamente ha habido un delito de rebelión». La persona más embustera y que menor respeto ha demostrado sentir por la verdad en toda su trayectoria política ahora dirige el nuevo Ministerio de la Verdad. Pues aquí nos tienes, Pedro, ahora que te has armado y no precisamente de razones, ya sabes qué puedes hacer con tus burofax, con tus amenazas y con tus mentiras. Nosotros seguiremos informando.

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