Elecciones 23J

Sánchez bloquea las primarias: se autoelige candidato en pleno rechazo interno por la derrota del 28M

Pedro Sánchez primarias
Sánchez busca la fórmula para perpetuarse en el liderazgo del PSOE aunque pueda perder las elecciones.
Joan Guirado

No habrá primarias en el Partido Socialista para elegir al próximo candidato a la presidencia del Gobierno. Pedro Sánchez ha impuesto unas condiciones –que lo pidan 48.000 afiliados o la mayoría del Comité Federal que controla– que hacen imposible que tenga rival y pueda autodesignarse así candidato en plena ola de descontento interno tras la derrota del pasado domingo, de la que en muchos territorios hacen responsable al líder del partido.

Sánchez incumple una vez más su palabra de dar la voz a la militancia. Llegó al cargo en 2017 prometiendo «construir el PSOE de la militancia» con la convocatoria de primarias para las grandes decisiones. Tanto para elección de los candidatos como para tratar los pactos de coalición. La realidad está siendo bien distinta. Sánchez, atrincherado en La Moncloa junto a su cada vez más reducido núcleo duro de colaboradores, está dirigiendo el PSOE desde el «autoritarismo». Es la opinión de un barón que acaba de perder la vara de mando. Sánchez ya optó por la fórmula de la aclamación en el último Congreso Federal. Y por unas primarias trucadas para imponer a su candidata Reyes Maroto en Madrid.

El líder socialista es consciente del malestar que hay en las filas de su partido por la derrota del domingo. Y sabe también de la responsabilidad que le otorgan a él, por convertir en un plebiscito sobre su persona y sus decisiones una campaña en la que se debía hablar de propuestas municipales y autonómicas. De ahí que el pasado lunes, sin dejar margen de reacción a prácticamente nadie, convocase a primera hora de la mañana una comparecencia sin preguntas para anunciar el adelanto electoral.

Críticas a Sánchez

Un movimiento que dejó sin margen de maniobra a nadie. Cuando en las federaciones territoriales estaban preparando su valoración de los daños. Sánchez acalló así posibles críticas y dimisiones como consecuencia de los malos resultados. El efecto sorpresa de la decisión del jefe del Ejecutivo provocó también que tanto sus ministros como los miembros de su dirección quedasen completamente «en shock, sin palabras».

De la misma forma que no habrá primarias para elegir al candidato del PSOE a las generales, tampoco las habrá para decidir quienes encabezan las listas en las diferentes provincias. Pedro Sánchez juega con esta baza para hacerse un grupo parlamentario completamente a medida al no haber primarias, con el objetivo de perpetuarse en la secretaría general del PSOE hasta 2030 aunque pierda las elecciones. Tener un grupo de diputados «leal y fiel», explican en su entorno, es crucial para que no vuelva a suceder lo que pasó durante la investidura de Mariano Rajoy, que terminó provocando su caída como secretario general.

Por eso, y aunque hay un gran descontento entre los barones territoriales, Sánchez no se encontrará con mucha resistencia a la hora de configurar las listas a su antojo. El estado de shock en el que están sumergidos todavía gran parte de los presidentes autonómicos que han perdido el poder, y la debilidad que ahora tienen, impedirá que quieran plantar cara como se han hecho en otros procesos de configuración de listas. En algunos casos, como podría ser en Baleares con Francina Armengol o en Valladolid con Óscar Puente, Sánchez se plantea la recuperación de algunos de ellos a modo de recompensa.

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