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Ferraz intenta frenar la dimisión de los barones caídos el 28M para no hundir la campaña de Sánchez

barones Sánchez
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

A apenas dos meses de las elecciones generales, que Pedro Sánchez ha decidido adelantar al 23 de julio, los socialistas han perdido el poder que hasta ahora tenían sus barones. El PSOE ha sufrido este 28M una dura derrota en las urnas que les obligará a ceder buena parte de las comunidades autónomas en las que gobernaba. Y con la pérdida del poder, una parte importante de los presidentes autonómicos y algunos líderes que han sido derrotados se han planteado dimitir. Pero Ferraz está tratando de evitar una cascada de renuncias, que trasladaría hacia la opinión pública la descomposición del partido, para no perjudicar la campaña de Sánchez en julio.

Cuando Sánchez compareció en el Palacio de La Moncloa para anunciar el adelanto electoral, según fuentes cercanas a algunos de estos líderes territoriales del PSOE, varios de ellos ya tenían redactada una carta de dimisión que iban a hacer pública a lo largo de las siguientes horas como asunción de su fracaso. Pero el giro de guión ejecutado por parte del jefe del Ejecutivo paralizó cualquier valoración de daños. Y el mensaje, en forma de orden con consecuencias al no cumplirlas, que posteriormente llegó desde Ferraz, fue el de que nadie moviera ficha.

Entre los barones sólo el aún presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, hizo oídos sordos a la petición que procedía del cuartel general de los socialistas de Pedro Sánchez y su entorno anunció que ponía fin a su vida política y pedía el reingreso a su plaza como médico forense. Ni Ximo Puig en la Comunidad Valenciana -pese a que la madrugada anterior había publicado una foto de despedida-, ni Javier Lambán en Aragón, ni Concha Andreu en La Rioja ni Francina Armengol en Baleares dijeron absolutamente nada. Tampoco el secretario general del PSOE de Andalucía, Juan Espadas, que perdió todas las capitales menos Jaén y la mayoría de diputaciones provinciales frente a Juanma Moreno. La máxima es mantener la lealtad a Sánchez hasta el 23J, si quieren reubicarse en otro puesto de responsabilidad o en el Senado.

En Ferraz juegan con esa baza, ya que algunos de estos presidentes autonómicos todavía son jóvenes para jubilarse y no es habitual que vuelvan a sus tareas anteriores a ocupar el cargo, para que no se descomponga el partido.

En menos de dos meses estaremos de nuevo en campaña electoral y Pedro Sánchez volverá a visitar todas las comunidades autónomas: cualquier dimisión entre los barones a día de hoy dejaría descabezado al PSOE en esa región y obligaría al secretario general a actuar con urgencia para montar una gestora que llevase el control de la misma. Además, en caso de que Puig, Lambán, Andreu, Armengol o Espadas abandonen el barco de forma inminente, Sánchez estaría haciendo campaña prácticamente sólo en estos territorios. Sin un primera espada de referencia. Algo que, según explican en su entorno, «trasladaría una imagen de soledad» que no se pueden «permitir».

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