Constitución de las Cortes

Batet, defensora del indulto a los presos y de un referéndum en Cataluña, presidirá otra vez el Congreso

La socialista Meritxell Batet se mostró partidaria del indulto a los presos independentistas y fue multada por su partido por romper la disciplina de voto al apoyar el 'derecho a decidir'

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Meritxell Batet repite como presidenta del Congreso
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La socialista Meritxell Batet (Barcelona, 1973) ha revalidado su cargo como presidenta del Congreso.

La ex ministra de Política Territorial fue designada de nuevo por Pedro Sánchez para presidir la Cámara Baja, un puesto que ya ocupó durante la legislatura fallida.

Meritxell Batet es el guiño de Sánchez al PSC, y también un gesto hacia su política frente al órdago separatista catalán.

De hecho, la presidenta del Congreso se mostró en su día partidaria de la propuesta de Miquel Iceta para indultar a los presos golpistas. La socialista admitió, como informó OKDIARIO, que no le gustaba que hubiese independentistas en prisión. «No es bueno», dijo, si lo que se pretende es «acabar con el problema político» en Cataluña.

Batet, además, apoyó hasta en tres ocasiones en 2013 la celebración de un referéndum independentista en Cataluña pactado con la Administración central.

La dirigente socialista rompió la disciplina de voto de su grupo -junto a otros 13 diputados del PSC- para apoyar sendas propuestas de resolución de CiU y La Izquierda Plural (IU-ICV/EUiA-CHA) con motivo del Debate sobre el estado de la Nación de 2013.

La iniciativa de los nacionalistas catalanes llevó por título: ‘A favor de acordar la celebración de una consulta en Catalunya’, y su contenido decía: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a iniciar un diálogo con el Govern de la Generalitat, en aras a posibilitar la celebración de una consulta a los ciudadanos y ciudadanas de Catalunya para decidir su futuro».

Por su parte, la propuesta de resolución de La Izquierda Plural tuvo una redacción más extensa y habló de que «el debate sobre el proceso abierto en Cataluña de convocatoria de una consulta para conocer la opinión de su ciudadanía sobre cómo quiere que se produzca su relación con España no es jurídico sino político». Además, esta iniciativa ponía como ejemplo los referéndum que Canadá y Gran Bretaña «acordaron con Quebec y Escocia».

En la parte dispositiva, el texto de los que hoy están integrados en el grupo parlamentario de Unidos Podemos señalaba: «El Congreso de los Diputados insta al Gobierno a negociar con las fuerzas parlamentarias de Catalunya la celebración de un referéndum que permita conocer la voluntad de la ciudadanía de Catalunya sobre su futuro político, utilizando los mecanismos legales previstos». Toda una entelequia esto último ya que la Constitución española no permite ningún referéndum de autodeterminación.

El Grupo Socialista, dirigido entonces por Alfredo Pérez Rubalcaba, votó en contra de ambas iniciativas y multó con 600 euros a los diputados ‘díscolos’, entre ellos Batet.

La tercera votación se produjo varios meses después, en octubre. Y fue a raíz de que UPyD presentara una moción contra el «derecho a decidir» para que los diputados del PSC se retrataran en la Cámara baja. Tanto PP como PSOE votaron a favor de esa moción de UPyD, mientras que los diputados del PSC, incluida Batet, se abstuvieron.

No obstante, desde que ocupa un papel protagonista en el Gobierno de Sánchez, Meritxell Batet ha modulado estas tesis, mostrándose crítica con el separatismo.

Muy próxima al presidente en funciones, su carrera política está vinculada también al ascenso de Pedro Sánchez. Entró en la dirección del PSOE en 2014, siendo elegida secretaria de Estudios y Programas. Despúes, el líder socialista la aupó como número dos en las listas del Congreso, por Madrid, a las elecciones de 2015. Un año después, y tras la renuncia de Carme Chacón, concurrió por Barcelona. Sánchez la nombró ministra tras la moción de censura.

Es licenciada en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra y ha sido profesora de Derecho Administrativo y de Derecho Constitucional.

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