Marruecos gastará 5.000 millones en armas mientras pide dinero a Sánchez para controlar la inmigración
El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó este 2019 una partida de 32 millones de euros para ayudar a Marruecos económicamente a controlar la inmigración ilegal en la frontera con Ceuta y Melilla. La factura contrasta con los más de 5.000 millones de dólares que va a gastar Rabat en armamento de última generación estadounidense.
Marruecos continúa dando pasos en su política de rearme y modernización de sus Fuerzas Armadas. En el tramo final de 2019, la agencia estadounidense que gestiona las exportaciones de armamento dio luz verde a una compra por parte del régimen alauí de más de 5.000 millones de dólares.
Con esa inversión, Rabat podrá recibir en un futuro 36 helicópteros de ataque AH-64E Apache -más un paquete de misiles y equipamiento- por valor de 4.200 millones de dólares. También se suman más de 6.000 bombas guiadas por láser para la flota de cazas marroquíes y un paquete de misiles contracarro tipo TOW.
Mientras Marruecos continúa invirtiendo más de un 3,2 por ciento de su PIB en un ejército de última generación, Rabat exige a España que pague las facturas de controlar la inmigración en su parte de la frontera de Ceuta y Melilla. La última de esas facturas, de 32 millones de euros, fue aprobada y anunciada el pasado mes de julio por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Ese importe se entrega a Marruecos con cargo al llamado Fondo de Contingencia de los Presupuestos, que sirve para cubrir gastos imprevistos provocados por catástrofes naturales u operaciones militares en el extranjero.
Quejas en España
Esta partida presupuestaria especial destinada a la Gendarmería marroquí ha generado numerosas críticas entre las fuerzas de seguridad españolas que luchan contra la inmigración. Tal y como explicaban a OKDIARIO el pasado verano fuentes policiales, los agentes españoles destinados a estas tareas de control podrían hacer «milagros» con esos 32 millones. «Dar dinero a Marruecos no es la solución a la inmigración» aseguraban.
El año 2018 fue de récord. Las cifras de llegada de pateras se multiplicaron por cinco en el segundo semestre del año, coincidiendo con la llegada al poder de Pedro Sánchez. “Marruecos entendió que era su oportunidad para volver a abrir el grifo a las pateras y tener una posición de privilegio de cara a la negociación de fondos europeos. El Gobierno cedió otra vez a ese chantaje”. Este 2019 se cerrará con un número inferior de llegadas a las costas, después de que Sánchez se haga cargo de las facturas marroquíes por controlar la inmigración.