Marlaska mantiene a los antidisturbios de la Guardia Civil con cascos caducados de más de 15 años

Agentes antidisturbios de la Guardia Civil han denunciado ante sus asociaciones representativas que trabajan con cascos caducados de segunda mano y con más de 15 años de antigüedad. OKDIARIO ha podido constatar que la empresa fabricante que suministra habitualmente al ministerio del Interior otorga a estos cascos antidisturbios una vida útil de 10 años. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha recibido quejas de agentes «que llevan más de una década con un casco antidisturbios que, cuando se le entregó, ya era de segunda mano». Es decir, a día de hoy, está más que caducado y fuera del periodo de licencia.

En JUCIL confirman que después de chequear en distintos puntos de España a numerosos compañeros de los GRS y las USECIC, las unidades antidisturbios de la Guardia Civil, les confirman que «muchos compañeros llevan 15 años con el mismo casco antidisturbios». «No se renuevan ni se retiran», señalan las fuentes consultadas. «Les hacen chapa y pintura, como decimos nosotros. Un poco de masilla si tiene algún desperfecto por algún golpe y una capa de pintura por encima para que aparenten estar en buen estado».

OKDIARIO ha podido comprobar que la empresa FEDUR que, habitualmente, suministra al ministerio del Interior y de Defensa este material de protección y otros similares confirma que la vida máxima útil de un casco antidisturbios es 10 años. La empresa señala en un mail dirigido a AUGC que «la vida útil de la carcasa de casco es de 10 años» y que, más allá de esos 10 años, «la empresa no se hace responsable del correcto funcionamiento del mismo, quedando -además- fuera de la cobertura del seguro de responsabilidad civil». La empresa FEDUR señala que «es posible que una carcasa de más de 10 años siga funcionando bien, pero dependerá del uso que se le haya dado, mantenimiento y de su conservación».

Sobre la visera que protege la cara del agente, FEDUR afirma: «La vida útil de las pantallas de policarbonato está en torno a los 3 años, pero esto depende mucho de la exposición que hayan tenido al sol, al ambiente salino, etc… A pesar de llevar un recubrimiento para protegerlas de los rayos UV lo recomendable son 3 años». No consta, según las fuentes consultadas, que cada tres años se renueven completamente las viseras. Agentes consultados nos envían fotos de sus cascos asegurando que tienen entre 20 y 30 años.

Las consecuencias de una pedrada o golpes en la cabeza de manifestantes a un agente con un casco caducado pueden ser irreversibles. Se trata de la seguridad de más de 2.600 agentes de la Guardia Civil que realizan servicios de choque en primera línea frente a disturbios o manifestaciones. «Esto no es un adorno», dicen fuentes de AUGC. «Es un equipo que protege una parte fundamental del cuerpo, que está expuesta a sufrir impactos de toda clase de objetos lanzados en las incidencias que atienden».

Sin cascos balísticos

Los GRS y las USECIC realizan también entradas o registros en domicilios. Deberían hacerlos con cascos balísticos para protegerse de disparos, pero las fuentes consultadas confirman también que, en muchas lugares, «escasean y hay que repartirlos en el mismo operativo o sencillamente están caducados también y hay que usar los de antidisturbios». Es decir, que los agentes entran en un domicilio o en un local donde no saben si les van a recibir a tiros con cascos antidisturbios porque no tienen cascos balísiticos. «Es jugarse la vida porque una bala atraviesa un casco antidisturbios con facilidad».

Los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) y las Unidades de Seguridad Ciudadana de Comandancia (USECIC) son las unidades antidisturbios de la Guardia Civil. En realidad, estrictamente, sólo lo son -como especialidad- los GRS. Pero, como confirman fuentes del cuerpo, en cada comandancia se han ido creando las USECIC que se usan, de hecho, como unidades antidisturbios para altercados violentos . «Por una cuestión de dinero -señalan fuentes de la Guardia Civil- y de tiempo de respuesta a un hecho violento no es posible desplazar a los GRS a determinados puntos de España y así se han ido creando en las comandancias las USECIC que, en realidad, sin serlo y sin medios, hacen las labores de los GRS». Las USECIC han ido sustituyendo en las comandancias a los antiguos Núcleos de Reserva , «pero sin dotarles de nuevo material y heredando aquel material viejo». Acuden, además, a incidentes violentos en manifestaciones o fiestas de pueblos, sin protecciones en piernas y brazos. Sólo con el casco y un chaleco. Así afrontaron, también, el golpe de estado del 1-O en muchos pueblos de Cataluña.

AUGC ha pedido al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Guardia Civil la evaluación de la vida útil de los cascos antidisturbios. Pide un inventario claro y concreto. El Real Decreto 179/2005 de Prevención de Riesgos Laborales de la Guardia Civil es justo de hace 15 años. «Es vergonzoso observar -dicen en AUGC- cómo, mientras los agentes trabajamos con medios obsoletos y que ponen en riesgo nuestra salud, la Guardia Civil sigue contando con el presupuesto más elevado de los cuerpos policiales para actos de protocolo y festejos». «Cualquier casco, sea de tráfico, de obra, de equitación, ciclismo, etc… tiene una vida útil a partir de la cual pierde sus propiedades y garantías, pero los cascos antidisturbios de la Guardia Civil son eternos», dicen con ironía.

«Chalecos calientes»

No sólo son los cascos antidisturbios y sus viseras son viejas y están caducadas. Y no sólo no hay suficientes cascos balísticos en la Guardia Civil para protegerse de un tiro en la cabeza. Al hablar de este tema con fuentes de la Guardia Civil afirman que «también los chalecos antibala están caducados o hay que repartilos porque no hay suficientes». «En un porcentaje muy alto -cuentan- la funda es nueva, pero la placa de dentro, que es la que protege, está caducada. Es fácil saberlo porque las fechas de caducidad vienen, por obligación legal, troqueladas». Pero no solo. También escasean. «Nosotros mismos -señala la fuente- les llamamos los chalecos calientes porque nos los pasamos entre nosotros de un turno a otro. Son chalecos calientes… y sudados». Así trabaja la Guardia Civil.