Los críticos de Sánchez podrán forzar su dimisión tras 23J: ya controlan el 20% del comité federal
Los críticos, cada vez más en el PSOE, creen necesario desalojar a Sánchez si pierde para evitar que tome más decisiones
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Los días de Pedro Sánchez al frente del Partido Socialista podrían estar contados. Una cuenta atrás, con los resultados electorales del 23 de julio como meta volante, que algunos dirigentes ya han activado en el PSOE. Tanto es así que una parte importante del Comité Federal, que debido al modo «autoritario» de gestionar el partido ha ido dando esquinazo a Pedro Sánchez, puede forzar su dimisión en caso de un mal resultado en las urnas. Si bien al inicio de su segundo mandato orgánico creó un equipo muy cercano a él, tanto en la Comisión Ejecutiva Federal, como en el Comité Federal como en el Grupo Parlamentario, las deserciones han ido en aumento.
El reglamento de este órgano interno, en su artículo número 7, determina que es competencia del Comité Federal «examinar la gestión de la Comisión Ejecutiva Federal» y «exigir, en su caso, la responsabilidad política de la Comisión Ejecutiva Federal mediante la presentación de una moción de censura, apoyada al menos por el 20% de sus miembros». Llegados a este punto lo más lógico sería la convocatoria de un Congreso Federal Extraordinario.
Sánchez, que según todos los encuestas publicadas hasta el momento perderá las elecciones frente a Alberto Núñez Feijóo, no está dispuesto a dar su brazo a torcer tan fácilmente. El secretario general del PSOE explicó hace unos días en una entrevista radiofónica que intentará formar gobierno con sus socios actuales aunque quede en segunda posición. Un movimiento con el que intentaría salvarse internamente frente a los que ya piensan en sustituirle al frente del partido.
El presidente, que desde la convocatoria electoral trabaja con un escenario de bloqueo tras el 23J en caso de un resultado ajustado, buscaría con esto ganar tiempo. Apaciguar una posible rebelión interna, que se está librando ya desde diferentes frentes, que frene su salida abrupta como ocurrió el año 2016.
Siendo presidente en funciones, mientras se trata de alcanzar un acuerdo que él trataría de liderar con Sumar y el resto de fuerzas minoritarias, dicen en su entorno que «nadie se atreverá a moverle la silla». Aunque hay quien opina lo contrario.
Barones descontentos
«Cada día que pasa en la secretaría general es un día más que puede tomar decisiones que lastren al partido» explica a OKDIARIO un barón descontento con Sánchez. La nómina de éstos ha ido creciendo tras la debacle electoral sufrida el pasado 28 de mayo y la elaboración de las listas electorales, cambiando por completo algunas de las candidaturas que previamente habían estado validadas por los comités provinciales y autonómicos. Uno de los dirigentes territoriales más leales al presidente, como el castellanoleonés Luis Tudanca, aseguró estar «decepcionado».
La convocatoria del Comité Federal corresponde a la Comisión Ejecutiva Federal que dirige Pedro Sánchez «con, al menos, 10 días naturales de antelación, haciendo constar el acuerdo de convocatoria, el correspondiente orden del día, lugar, día y hora de celebración». Una prerrogativa que el presidente ha utilizado a menudo para dilatar las reuniones del máximo órgano entre congresos y evitar así tener que escuchar el reproche de sus compañeros.
No obstante, según los mismos Estatutos del Partido Socialista, el Comité Federal también «puede ser convocado con carácter extraordinario cuando lo juzgue conveniente la Comisión Ejecutiva Federal o lo soliciten, al menos, un tercio de sus miembros». Eso es a lo que se aferran los dirigentes más críticos que consideran «erróneo» dejar seguir a Sánchez dirigiendo el partido tras una derrota que deje al PSOE sin prácticamente poder institucional. Entre otras cosas por qué, tras el 23J, empezará un proceso de renovación en distintas federaciones cuyos líderes perdieron las elecciones en mayo.
El secretario general socialista, tal como explicó este periódico, quiere avanzarse a cualquier movimiento de sus detractores relevando a algunos barones críticos como el aragonés Javier Lambán o el valenciano Ximo Puig. Tampoco está previsto que siga en su cargo el extremeño Guillermo Fernández Vara, que la semana que viene será relevado por la popular María Guardiola, al alcanzar un pacto con Vox. En este caso, por eso, Vara ya anunció su intención de marcharse. Tras dar marcha atrás, y al llegar a Ferraz sus intenciones de poder ponerse al frente del partido en caso de que Sánchez se vea obligado a dimitir, el presidente también le tiene en el punto de mira.