Recadito de James al Madrid: «Se nota donde todos me apoyan»
Nada tuvo que ver la versión de James de estos dos partidos de Colombia con la que viene mostrando en los últimos meses. Sea la altura de La Paz o el calor achicharrador de Barranquilla, la cuestión es que el 10 blanco ha reencontrado el fútbol que había perdido y que el Bernabéu reclama desde hace meses. Frente a Ecuador, se volvió a ver al mejor James. La zurda que enamoró en Brasil. El cucuteño fue el líder de su equipo frente al líder de las eliminatorias. Un auténtico rayo cada vez que recogía el balón a partir de media cancha.
Ni rastro del sobrepeso ni de las malas actitudes. James demostró ayer que ha vuelto a su estado físico ideal. Como demostró en una de las jugadas del primer tiempo en la que el colombiano dejó atrás a uno de sus defensores con una veloz carrera de 45 metros que penalizó con el mano a mano. Ni los 32 grados de la olla de Barranquilla -se tuvieron que hacer descansos intermedios debido al clima- pudieron con él. Su derroche durante los 90 minutos fue gigantesco y no escatimó una gota de sudor. Solidario hasta en las ayudas defensivas y con aire para arrancar la jugada. De igual manera desapareció de un plumazo su actitud indolente. Más de una vez se le puso ver agitando sus brazos rabioso para enfervorecer a los aficionados. Ayer, una chispa despertó en James.
Gran parte de la culpa de su gran nivel tuvo que ver el rol que le otorgó Pékerman. El técnico argentino le dio el peso del equipo situándolo de ‘10’ en el vértice de un 4-2-3-1. Ahí, entre líneas, James encontró su fútbol. Indetectable para los medios y defensas contrarios, el colombiano recibió casi siempre dónde sabe hacer daño. Todos los ataques pasaban por él. James se sintió a gusto en una posición en la que difícilmente se le puede ver en el Madrid debido al overbooking que tiene en esa zona de mediapuntas.
Con Colombia no tiene ese problema porque es el líder del equipo. El que conecta todos los circuitos. Con una zona de influencia bien definida, entre el área y la galleta central. Como demostró en el primer gol donde asistió a Bacca con un excelente pase filtrado. Con la tricolor no apareció el James encorsetado a una de las dos bandas que se suele ver en el Madrid. Libre, sin ataduras y campando a sus anchas en la posición de ‘10’ es donde se ve su mejor versión.
Le manda un mensaje a Zidane para el Clásico
Regresa la mejor versión de James precisamente cuando más lo necesita su equipo, en la semana del Clásico. Con el partido de ayer, de paso, el colombiano le mandó un recado a Zidane para que lo cuenta de cara al crucial partido. “Estoy bien porque juego”, afirmó en rueda de prensa. Así de claro justificaba el de Cúcuta la razón de su regreso.
“Cuando una juega y tiene apoyo todo es más fácil”, sentenciaba James tras el partido. Frente a Ecuador también se apreció un gran entendimiento con Cuadrado y con Bacca. Precisamente el que le está faltando esta temporada para encontrarse con la BBC. Entre los tres se fabricaron la jugada del tercero. James deslizó un pase entre los centrales al de la Juventus, que asistió en bandeja para el ex de Sevilla. Una jugada que perfectamente pudieran haber firmado la MSN del Barça. Y que saca a la luz una de las virtudes del 10 de Colombia, hacer mejor a sus compañeros. Cuando se siente arropado es cuando saca su mejor fútbol. Solo uno en el Madrid ha entendido esta máxima: Ancelotti. Zidane debería aprender de su maestro.