Sónar cierra su XXIV edición con un sobresaliente y ya se prepara para su 25 aniversario
Desde hace casi un cuarto de siglo, Barcelona se convierte en un enorme portal al futuro. Durante tres días al año, por esa puerta pasan miles de personas confiados plenamente en la reputación que precede a Sónar 2017, el festival de Música, Creatividad y Tecnología. Ya son 24 ediciones las que se han celebrado (con gran éxito todas) de este festival dedicado a la vanguardia. Esta última, celebrada del 14 al 18 de junio, ha vuelto a sorprender a los ya miles de asiduos al festival con su programación musical y su organización impecable.
Sónar no es un festival para mentes cerradas. La capacidad de sorprenderse es un factor clave para disfrutar de este emocionante viaje al corazón de la vanguardia tecnológica y musical. Como cada edición, Sónar se ha convertido en la matriz que engloba a diversos ‘subfestivales’, por llamarlos del alguna manera.
Así, se puede encontrar tres programas diferentes: Sónar+D, Sónar de Día y Sónar de Noche. Mientras que el eje principal de Sónar+D de este año era la realidad virtual (junto con un inmenso escaparate a otro tipo de tecnologías musicales innovadoras), Sónar de Día y de Noche se apoyaban en una programación musical variada, cuidada y de calidad.
‘phosphere’: el espacio singular de Daito Manabe en la inmensidad de Sónar 2017
Entre la extensa programación de Sónar, este año el nombre de Daito Manabe sonaba con fuerza. Tras meses anunciando la visita del aclamado artista, el japonés llegó y, no solo cumplió con las expectativas si no que las superó con creces. Al contrario que la anunciada (a bombo y platillo) visita de la polifácetica Björk. La islandesa no convenció a los profesionales en la charla inaugural ni conquistó a muchos de los que se hicieron con una entrada para el set de 4 horas. Sus fans incondicionales disfrutaron de su set como enanos, pero porque ellos saben bien que para ver a Björk no valen las ideas preconcebidas. Durante el set de la islandesa decenas de personas se agolparon en el exterior de la Fira Montjuic de Barcelona, llegando a confundir los sonidos de pájaros-láser (en un momento de su actuación) con una bizarra actuación callejera.
Manabe es uno de los artistas digitales más reconocidos a nivel mundial y su reputación le precedía. Su instalación ‘phosphere’ (esfera de luz) fue un placer visual y estético para los que pudieron disfrutar de alguno de sus pases diarios.
Las luces del espacio diseñado por Manabe unidas a la danza de los bailarines conformaron un lenguaje único e irrepetible en cada función. Espejos robotizados, máquinas de humo y proyectores al servicio de la creatividad y genialidad de este artista que consiguió crear un espacio singular dentro de la inmensidad de Sónar. Un espacio en el que la principal protagonista era la luz y los mensajes visuales que creaba a través de su bella interacción con los bailarines.
Craig Richards se llevó en el bolsillo al público del jueves
Cada jornada de la edición diurna del Sónar tuvo su concierto masivo y su sorpresa diaria. Así, el jueves todos los ojos estaban puestos en la actuación de Arca junto con Jesse Kanda. El venezolano presentaba nuevo disco y se entregó al máximo al público que se lo agradeció enormemente desde el primer minuto.
Pero fue Craig Richards quien se llevó al público del jueves en el bolsillo con un cierre elegante y fino. El eterno residente de Fabric (Londres) desplegó sus mejores armas musicales y descorchó la botella inaugural de Sónar con un primer cierre de jornada sabroso que anticipaba lo que vendría en los dos días siguientes. También hay que mencionar la actuación de Tommy Cash. El artista, atento en todo momento a que el público estuviera pasándoselo tan bien como él, presentó una propuesta de trap hipnótico complementada con unos sugerentes vídeos. Sin duda un espectáculo singular en el que se escuchó incluso un pasaje de la cantante Enya.
La imperante necesidad de mezclarse con tu público
El viernes, ya en el ecuador del festival, los ritmos fueron subiendo de nivel. El festival se fue llenando de más gente, más diversión y, sobre todo, mucha más buena música. Sin duda alguna, la actuación más esperada era la de la reina española del trap, Bad Gyal. Los problemas iniciales con su micrófono no apagaron el ánimo de su legión incondicional de fans, que disfrutaron hasta el último minuto de su actuación en el escenario Sónar XS, novedad de esta edición.
Otro de los platos fuertes del día fue la actuación de Robert Hood mano a mano con su hija Lyric bajo el nombre de Floorplan. Una actuación que no dejó indiferente a nadie en el escenario SónarDôme, comisariado por Red Bull Music Academy. Pero el pelotazo del día lo daba la banda neozelandesa Fat Freddy’s Drop. Estos peculiares artistas hicieron del escenario su casa y del público su familia. No se reservaron nada para su actuación en el Sónar de Noche (porque hacían doblete) y contagiaron su ‘buen rollo’ a todos los presentes en el escenario SónarVillage.
Pocos artistas pueden presumir de un directo con estilos tan variados. Estos ‘showmans’ demostraron su maestría a la hora de mezclar, con fluidez, funk, reggae, blues, ska junto con house o techno. La sinergia que se creó entre el público y el cantante llegó a tal nivel que no pudo contener sus ganas de mezclarse con la gente en la pista y bailar entre ellos. No sin antes realizar un quiebre, digno del mejor futbolista, para evitar al personal de seguridad, que trataba de realizar su trabajo de manera profesional. A su vez, la jornada del viernes brillaron con luz propia Evian Christ (con su extraordinaria mezcla de luces estroboscópicas junto con éxitos electrónicos de tiempos pasados) y el compositor francés Jacques (con su sorprendente y peculiar música creada a partir de objetos diversos y cotidianos).
Ritmos urbanos para despedir el Sónar de Día
Aunque el Trap, el Hip Hop y el Dembow no eran novedad en este Sónar 2017, con las actuaciones en días anteriores de artistas como Bad Gyal o Young Beef, el festival dejó para el último día el plato fuerte del género musical. C. Tangana salía a media tarde a un escenario SonarDôme abarrotado de un público imapaciente ante la llegada del madrileño.
El concierto arrancó con los primeros beats de ‘Mala Mujer’, su último tema que está reventando las listas de éxitos. El rapero no se olvidó de ninguno de sus canciones estrellas, aquellas que le han llevado a la fama. Subió a sus compañeros de Agorazein a escena e incluso se atrevió con ‘Antes de Morirme’, a pesar de que se echara en falta la colaboración real, y no enlatada, de Rosalía.
Por su parte, Nadia Rose hizo las delicias del público más internacional. La revelación británica presentó su primer álbum titulado ‘Highly Flammable’ en el Sonar Village. Muy activa y entusiasmada, la rapera soltó sus rimas de bases con influencia británica sorprendiendo y fascinando a todos los allí presentes.
El reputado Daito Manabe, creador del espacio interactivo de SonarPLANTA (antes mencionado en este artículo) para esta edición, actuó también con un formato diferente. Esta vez, el artista multipremiado volvió a redefinir los límites de las diferentes disciplinas artísticas junto al productor americano Nosaj Thing. La luces y visuales en tiempo real de Manabe empastaron a la perfección con los ritmos de Nosaj Things. Desde que el nipón y el angelino se encontraran por primera vez en ‘Eclipse/Blue’, incluido en ‘Home’ (LP del año 2012), su trabajo juntos siempre acaba por impresionar y sorprender.
Cierres épicos en Sónar de Noche que no se olvidan nunca
Si bien el Sónar de Día esta marcado por el sol, los ritmos fiesteros y la diversidad musical, el Sónar de Noche tiñe de color club su programación. La variedad musical está asegurada, pero el techno y el baile incontrolable son el eje central sobre el que giran las dos noches de Sónar.
El viernes estuvo plagado de actuaciones muy esperadas: Moderat, Nicolas Jaar y Anderson .Paak & The Free Nationals. La actuación de Moderat, ansiada por muchos asistentes a Sónar 2017, no defraudó a nadie. Aunque el calor, a ratos insoportable, del escenario SónarClub dificultaba la estancia en muchas de sus actuaciones. De la misma forma, Nicolas Jaar lo dio todo sobre el escenario y ofreció un espectáculo de calidad musical y visual que rubricó para las memorias de Sónar.
Pero si de algo se acuerda un incondicional del Sónar es de los cierres de la noche. El viernes, tanto Dubfire como Nina Kraviz hicieron vibrar al público y agotaron todas sus energías bailando. Dubfire cerró el escenario SónarClub con un show muy cuidado visualmente y desplegando un bajo que convirtió en una caja de resonancia humana gigante al público. Mientras, Nina Kraviz cerraba el escenario SónarPub con dos horas de techno puro y duro (sobre todo duro), mucha suela desgastada y ritmos frenéticos e industriales que no dejaron quieto ni al más parado del lugar.
En cuanto a la segunda jornada de Sónar de Noche, el punto y final del festival Sónar, las actuaciones que sobresalieron el sábado fueron el productor italiano Cerrone, los franceses Justice y la inusual colaboración entre Marcel Dettman y Dr. Rubinstein. La música disco, acompañada de una impresionante voz negra, de Cerrone se convirtió en el principio perfecto de un tercer día de festival. Los ritmos ‘bailongos’, su positividad y la alegría de sus melodías resultaron ser el desengrasante perfecto para echar el resto en la despedida de Sónar 2017.
Justice, a pesar de no sorprender en cuanto al contenido de su actuación, sorprendió en la puesta en escena. Mucho más despliegue visual, con una batería de láseres de colores apabullante y un juego de luces perfectamente sincronizado, para una actuación que no cansa. No faltaron ni ‘D.A.N.C.E’ ni ‘We are your friends’, que enfervorizaron completamente a un acaloradísimo público.
Mención especial merece la programación del sábado en el escenario SónarLab, comisariada por Red Bull Music Academy. Una programación tan cuidada que por momentos se convertía en el escenario donde establecer el campamento base. La barcelonesa Ylia, Overmono, Beatiful Swimmers, t q d (Royal-T, DJ Q y Flava D), el inusual y exquisito b2b de Marcel Dettman junto con Dr. Rubinstein y la premier europea del show orquestal de Carl Craig ‘Versus Synthesizer Ensemble’ (cuya fusión entre techno e instrumentos clásicos fueron toda una experiencia) hicieron del SónarLab del sábado un lugar donde quedarse a vivir.
Pero como ya se ha mencionado antes, a la hora de cerrar el Sónar siempre hay que elegir. Sin el don de la bilocación, solo se puede vivir un cierre cada Sónar. Pero, sin presión porque cada uno de los cierres son magníficos en su estilo, solo tienes que elegir el tuyo. Para clausurar el sábado Sónar eligió a The Black Madonna en SónarPub, a Marco Carola en SónarClub y Red Bull Music Academy optó por la inusual y única colaboración de Daphni b2b Hunee para SónarLab La norteamericana reventó el SónarPub invitando al escenario a los extravagantes integrantes de Kiddy Smile, que actuaron en el Sónar este mismo año. El italiano sumó un cierre épico más a su impecable carrera. Y la extraña pareja se divirtió de lo lindo haciendo bailar a un público, completamente entregado, con un cierre sin fallo plagado de éxitos de los 80.
SónarCar: seis horas guiadas por auténticos maestros de la electrónica
Siguiendo la iniciativa de la edición de 2016. El escenario SónarCar, circular con sonido envolvente y decorado con esmero, se convirtió de nuevo en la residencia temporal de maestros de la electrónica. La noche del viernes fueron Kenny Dope y Louie Vega, bajo el nombre artístico de Masters at Work, los encargados de guiar durante seis horas al público de este espacio del Sónar de Noche. Con una técnica impecable y con un gusto musical fruto de una larga trayectoria profesional Masters at Work dió una auténtica lección de HOUSE, en mayúsculas dada la envergadura y la calidad de la sesión que realizaron.
El sábado, cuando el cansancio ya pedía más ímpetu musical, Sónar te ofrece la posibilidad de pasar seis horas guiadas personalmente por una pareja de ases: Seth Troxler y Tiga. La fama que precede a estos dos iconos de la electrónica, y la rareza de su colaboración, atrajo a muchos llegando a ralentizar la cola de acceso al escenario.
La VR multisensorial, el futuro de los audiovisuales
La realidad virtual (VR por sus siglas en inglés) está en auge. Esta innovadora forma de consumir productos audiovisuales viene pisando fuerte desde hace años y, este año en Sónar, se ha evidenciado que todavía quedan muchos aspectos a explorar de su potencial.
Si bien los avances en materia de tecnología musical son imprescindibles en Sónar+D, este año lo que más sorprendía del MarketLab (el ágora donde se concentra la innovación más puntera del año) es la VR multisensorial. El proyecto lo lleva a cabo Omnipresenz, una pequeña empresa afincada en Barcelona, cuyo trabajo se centra en la narrativa inmersiva y en la exploración de la realidad virtual sensorial.
Su proyecto consiste en reproducir de manera física las distintas interacciones que se dan, dentro de la película, entre el sujeto y los personajes de la VR. Así, el simple hecho de abanicar fuertemente a una persona, mientras ésta se ve a si misma al borde de un precipicio, puede provocar un espantoso vértigo. O una simple brisa, acompañado de una fragancia específica, te puede hacer sentir en medio de un solitario y cálido bosque en verano. ¿Un auténtico filón en manos de las grandes empresas de publicidad o una terapia para curar?
La experiencia que se podía probar en Sónar, era una mera demostración de todo su potencial. Mediante esta técnica se podrían llegar a curar traumas profundos e, incluso, se podría ayudar a superar ciertas enfermedades mentales. De la misma forma, enseguida se presenta la otra cara de la moneda. Algo como la VR multisensorial, usada con fines perversos, podría llegar a romper la psique de un ser humano, llevándolo a la locura más extrema. Hacen falta muchos años, y montañas de papeleo, para que algo como esto llegue a ser reconocido oficialmente. Pero como se ha dicho antes, Sónar es futuro, no presente inmediato.
La máquina convertida en inspiración artística
Otra de las sorprendentes propuestas del Market Lab, en Sónar+D, era el stand ‘My Artificial Muse’. El proyecto consistía en una performance a tres bandas. Por un lado, una red neuronal (inteligencia artificial para los no entendidos) creada digitalmente por Mario Klingemann generaba pinturas creadas inspirándose en una figura antropomórfica impersonal.
A su vez, el pintor catalán Albert Barqué-Duran reprodujo envivo una de las obras creadas por al inteligencia artificial. Con pinturas al óleo y una sesión de música creada ex profeso para la performance por («su productor favorito») Marc Marzenit, el artista reprodujo durante las horas que permanecía abierto Sónar+D, las obras creadas por una maquina. Tres artistas, tres disciplinas, un punto de encuentro.
Todo esto sin olvidar al gran protagonista: la música. En el MarketLab también se pudieron conocer, y probar, distintas mesas controladoras, sintetizadores, modulares, y demás herramientas de trabajo para DJs innovadoras.
Cuenta atrás para el 25 aniversario
Un año más termina el Sónar. Los más de 120.000 asistentes (récord histórico de las cifras del festival) han podido disfrutar de sus artistas preferidos, mirar y experimentar pequeños avances tecnológicos del futuro, descubrir cosas desconocidas, pero sobre todo han podido volver a enamorarse de un festival cuya organización se merece un diez.
Este año, Sónar termina con un sabor agridulce. ¿Quién no querría que el Sónar durase todo el año? Pero a pesar de todo, los 25 años que cumple el año que viene el festival suponen un aliciente para esperar actuaciones inolvidables el año que viene del 14 al 16 de junio de 2018. Sin duda alguna, Sónar ya habrá comenzado a preparar una programación que celebre el cuarto de siglo que lleva convirtiendo a Barcelona en la meca de la vanguardia. Los más afortunados podrán disfrutar, en noviembre, de un pedacito de Sónar en el Salón del Manga de Barcelona. Esta «sinergia» entre ambos eventos se llamará ‘Sónar Barcelona Manga’, y contará con la actuación de 2 djs japoneses el jueves 2 de noviembre en «el principio de una larga amistad» que en su primera edición tendrá dos sesiones.
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