¿Los perros pueden comer queso? ¿Es un alimento apto para los peludos?
Todos los que tenemos un peludo como mascota sabemos muy bien que hay determinados alimentos «de humanos» que podemos darles en pequeñas cantidades, como por ejemplo el tomate, la zanahoria o el salmón. Pero, ¿los perros pueden comer queso? Se trata de un lácteo, de manera que es importante saber cómo actúa la lactosa en el organismo de los canes tanto cuando son cachorros como adultos.
Los perros, del mismo modo que los humanos, se alimentan única y exclusivamente de leche materna durante sus primeros meses de vida. En esta etapa cuentan con una enzima que recibe el nombre de lactasa, que se encarga de descomponer la lactosa en sustancias mucho más simples en el organismo de los canes. Sin embargo, cuando los perros se convierten en adultos la producción de esa enzima desaparece, así que disminuye de forma notable su facilidad para asimilar cualquier producto lácteo.
Por lo tanto, cuando los perros son cachorros sí pueden comer queso sin ningún problema. Ahora bien, hay que dárselo en cantidades muy pequeñas, como premio o refuerzo positivo. Una vez llegan a la edad adulta, pueden presentar intolerancia alimentaria, de forma que es importante hablar con el veterinario sobre esta condición.
¿Cómo se presenta la intolerancia a la lactosa en perros? Los síntomas más comunes son la diarrea y los vómitos. Es normal que en los días posteriores los canes no tengan ganas de comer y pierdan peso ya que las náuseas por no digerir la lactosa suelen durar unas 72 horas.
Del mismo modo que ocurre en los humanos, si los perros no son intolerantes a la lactosa, sí pueden comer queso. Por supuesto, siempre hay que dárselo como premio ya que la dieta de los canes adultos en ningún caso se puede basar en los lácteos. Los mejores quesos son los curados ya que durante el proceso de curación pierden lactosa de manera progresiva, así que los canes los digieren mucho mejor.
¿Y el queso fresco? Al ser fresco su porcentaje de lactosa es más alto que el de los quesos curados, aunque los niveles siguen siendo asimilables, tal y como indican los veterinarios. ¿Y el requesón? Hay diferentes tipos en el mercado, pero todos tienen un porcentaje de lactosa mínimo.