Fue novia de Fernando Alonso y cantó en Eurovisión: ahora vive en EEUU y así es su nueva vida
Durante muchos años, la protagonista de nuestra noticia fue una de las cantantes más famosas de España
Raquel del Rosario se enamoró de Fernando Alonso y siempre ha sido discreta con este tema
La artista está casada, tiene dos hijos y lleva una vida totalmente tranquila
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Hubo una época en la que Raquel del Rosario era una de las artistas más queridas de nuestro país. Como líder de El Sueño de Morfeo, la cantante canaria se ganó el cariño del público con un estilo muy personal que combinaba el pop más melódico con sonidos celtas y letras cargadas de sensibilidad. A comienzos de los 2000, su rostro aparecía con frecuencia en los medios no solo por su éxito artístico, sino también por su relación con el piloto Fernando Alonso.
La pareja vivió una historia de amor muy seguida y durante años formaron uno de los tándems más mediáticos del país. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a sentirse cada vez más alejada de ese ritmo de vida público y prefirió recolocar sus prioridades hacia un entorno más íntimo. Aquella decisión marcaría un antes y un después, abriendo una nueva etapa más personal y alejada del ruido mediático.
«Lo cierto es que, con el tiempo, comprendí que ese alejamiento del que me hablas era algo que necesitaba, aunque no lo supe de forma consciente en su momento. Mi vida dio un giro importante», comentó al respecto cuando le preguntaron por este tema.
Raquel del Rosario, a Eurovisión
Su paso por Eurovisión en 2013 fue, sin duda, uno de los momentos más destacados de su carrera y también uno de los más exigentes emocionalmente. Con la canción Contigo hasta el final, Raquel representó a España en el festival europeo, llevando consigo la esencia de El Sueño de Morfeo y la dulzura que siempre la caracterizó sobre el escenario. Muchos aún recuerdan su imagen descalza, su vestido amarillo y la serenidad con la que interpretó el tema, en una actuación que simbolizaba tanto el final de una etapa como el inicio de otra.
Aquel año, la banda ya gozaba de gran reconocimiento, pero el desgaste propio de los años y el deseo de explorar otros caminos llevaron al grupo a poner punto final a su recorrido. Raquel, consciente de que su vida necesitaba un cambio, decidió dar un paso atrás, renunciar a la exposición pública y comenzar un proceso de búsqueda personal que la alejaría temporalmente del mundo de la música.
Una ruptura y una mudanza
Tal y como hemos contado anteriormente, su historia de amor con Fernando Alonso fue una de las más famosas del momento. Ambos compartieron varios años de relación hasta que en 2011 anunciaron su separación de forma amistosa y sin escándalos, demostrando una madurez que siempre los caracterizó. A partir de entonces, sus caminos se separaron, pero el respeto y el afecto mutuo permanecieron intactos. Poco después, la vida de Raquel dio un nuevo giro cuando conoció al fotógrafo y director de cine Pedro Castro, con quien encontró una estabilidad emocional y un proyecto de vida común. La pareja consolidó su relación y formó una familia que se ha convertido en el gran pilar de la cantante.

La decisión de mudarse a Estados Unidos fue un punto de inflexión. Raquel y Pedro emprendieron juntos una vida completamente distinta al otro lado del Atlántico, donde han establecido su hogar rodeados de naturaleza y sencillez. En su casa, ubicada en un entorno rural, disfrutan de un estilo de vida más libre, sin la presión de las cámaras ni las exigencias del éxito profesional. Allí crían a sus dos hijos, Leo y Mael, con un enfoque centrado en el respeto, la creatividad y la conexión con el entorno.
Pedro, que ya era padre de dos hijas de una relación anterior, ha formado con Raquel una familia unida. La cantante ha encontrado en la maternidad un propósito profundo y transformador, que la ha llevado a mirar la vida desde otra perspectiva. Aunque los retos no han faltado, la serenidad con la que afronta cada etapa demuestra el equilibrio que ha alcanzado.
El susto de Raquel del Rosario
Uno de los momentos más duros que enfrentó fue el diagnóstico de su hijo Leo, quien fue identificado con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a una edad temprana. Raquel decidió entonces utilizar su voz y su visibilidad para dar a conocer una realidad que muchas familias viven en silencio.
A través de sus redes sociales, ha compartido mensajes llenos de empatía y comprensión, convirtiéndose en un ejemplo de cómo el amor y la paciencia pueden transformar los desafíos en aprendizajes. Su manera de abordar la maternidad ha sido honesta, mostrando tanto las dificultades como las pequeñas victorias cotidianas. Esa sinceridad ha hecho que muchas personas se identifiquen con su experiencia y vean en ella una fuente de inspiración y apoyo.
Aunque durante años se mantuvo alejada del foco mediático, la música nunca desapareció por completo de su vida. En los últimos tiempos, Raquel del Rosario ha vuelto a acercarse al arte que le dio tantas alegrías, componiendo de nuevo y grabando canciones desde la tranquilidad de su hogar en Estados Unidos. Sin la presión de la industria ni la necesidad de cumplir expectativas, está recuperando su voz de una manera más íntima y auténtica, disfrutando del proceso creativo sin prisa.