La gripe entra en fase epidémica: 112 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 12 del año pasado
La responsable de este rápido aumento de los casos es una nueva cepa de gripe, la subclade K del virus A(H3N2), que presenta siete mutaciones

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La gripe ha entrado oficialmente en fase epidémica en España tras superar con holgura el umbral de circulación intensa. La incidencia registrada en la última semana disponible asciende a 112,2 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra que contrasta de forma llamativa con la del mismo periodo del año anterior, cuando apenas se contabilizaban 12,8 casos.
El salto no es sólo estadístico: se traduce en salas de espera en Primaria más llenas, más consultas por fiebre y catarros persistentes, y un repunte claro en las detecciones virológicas que confirman la expansión del virus por todo el territorio. Las autoridades sanitarias subrayan que el aumento es rápido y sostenido, y que la positividad en las muestras analizadas refleja un crecimiento sólido en la transmisión.
Este ascenso tiene varias explicaciones posibles. Tras temporadas con menor circulación de gripe (alteradas por cambios sociales y por la dinámica pospandémica) una parte de la población se encuentra menos expuesta y, por tanto, más vulnerable. A ello se suma la presencia de variantes gripales que parecen haberse adelantado en el calendario estacional y conviven con otros virus respiratorios como el VRS y el SARS-CoV-2, elevando el número de consultas y confundiéndose entre sí en los síntomas. Los servicios autonómicos de salud, especialmente en territorios como La Rioja, ya están reforzando la vacunación, abriendo agendas extraordinarias y alertando de un incremento progresivo de ingresos.
El impacto social se percibe en centros de salud más tensionados, en ausencias laborales y escolares y en un clima de prudencia que coincide con la llegada del puente de diciembre y el inicio de las celebraciones navideñas. Este contexto -reuniones familiares, desplazamientos, comidas en interiores y aumento natural de la interacción social- crea un escenario propicio para que el virus encuentre nuevas oportunidades de transmisión. Aunque no se anticipa un colapso sanitario, sí se recomienda extremar la prevención para evitar que la curva siga inclinándose.
Medidas eficaces
La medida más eficaz sigue siendo la vacunación, especialmente en mayores, personas con enfermedades crónicas, embarazadas y personal sanitario. Las comunidades mantienen activas campañas de citación y refuerzo y recuerdan que la protección no sólo reduce el riesgo de contagio, sino también la gravedad de los cuadros en caso de infección. A nivel individual, conviene recuperar hábitos muy sencillos: lavado frecuente de manos, ventilación regular de los espacios cerrados, cubrirse al toser con el antebrazo y evitar reuniones si se presentan síntomas. Para quienes convivan o vayan a visitar a personas vulnerables, el uso de mascarilla en interiores vuelve a ser una recomendación sensata.
Fiebre y malestar
Entrar en el puente y en las fiestas con responsabilidad no implica renunciar a nada, sino ajustar pequeños gestos. Antes de encuentros familiares, es prudente evitar actividades de riesgo si se tiene congestión, fiebre o malestar. Durante las reuniones, ventilar el espacio de forma intermitente ayuda a reducir la concentración de virus en el ambiente. Y si alguien se encuentra enfermo, lo adecuado es quedarse en casa hasta que la fiebre haya remitido. Tras el encuentro, si aparecen síntomas en las 48–72 horas siguientes, lo correcto es avisar a las personas con las que se ha tenido contacto cercano.
Para las personas vulnerables, la combinación de vacuna, mascarilla en interiores concurridos y precauciones básicas ofrece una barrera eficaz contra complicaciones. Los servicios sanitarios, por su parte, seguirán vigilando la presión hospitalaria, la evolución virológica y la cobertura vacunal para ajustar las medidas según avance la temporada.
Y es que, la gripe ha llegado antes y con más fuerza que el año pasado. La clave para atravesar estas semanas, del puente a las Navidades, sin que el virus arruine los planes, está en la prevención razonable: nada extraordinario, solamente una colección de gestos que, sumados, frenan la transmisión y permiten disfrutar del invierno con menos sobresaltos.
Variante K
«La responsable de este rápido aumento de los casos es una nueva cepa de gripe, la subclade K del virus A(H3N2), que presenta siete mutaciones en la hemaglutinina, lo que le permite esquivar parcialmente la inmunidad previa mediada por anticuerpos y aumentar su capacidad de transmisión», explica Estanislao Nistal, doctor en Virología, investigador y profesor de Microbiología en la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo.
«Esta situación es común a la mayoría de los países del hemisferio norte. Japón ya declaró la epidemia en octubre y países como Reino Unido y Canadá han reportado incrementos significativos en el número de casos. En España también podríamos enfrentarnos a una temporada gripal más intensa que en años anteriores, especialmente si la cobertura vacunal se mantiene baja. En cuanto al pico epidémico, se espera antes de lo habitual, probablemente entre mediados de diciembre y principios de enero», afirma el experto.
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