Cebrián: «Campmany era ludópata y Cela un vanidoso cuya columna en El País dejaba mucho que desear»
Juan Luis Cebrián (Madrid, 1944) ha escrito sus memorias sin freno en la lengua ni remilgo en las teclas. ‘Primera Página, vida de un periodista’ ha pasado revista al franquismo y sus jerarcas, a la Transición y sus políticos. Sin embargo, el último apartado es quizás el más atractivo: la relación con sus colegas de profesión. Ésa que ejerció hasta 1988, cuando se trasladó a los consejos de administración y abandonó para siempre la realidad de la calle. ‘Janli’ desprecia a escritores fallecidos como Camilo José Cela, al que considera un «vanidoso resabiado», o Jaime Campmany, al que tacha de «ludópata empedernido».
A tenor de sus memorias, Cebrián se llevaba mucho mejor con los periodistas y escritores latinoamericanos que con los españoles: «De Vargas Llosa y García Márquez, también de Fuentes, conservo la enseñanza de su tenacidad y escrúpulo profesional. Me enseñaron, en la estela del famoso comentario de Picasso, que lo más importante es que la inspiración te pille trabajando».
«Cela era un vanidoso resabiado cuya columna en El País dejaba mucho que desear»
Una amabilidad que contrasta con la dureza que utiliza para hablar de otro histórico de la prensa española como Pedro J. Ramírez. Al antiguo director de Diario 16 y El Mundo le reprocha su actitud durante el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981: «Pedro Jota se resistió alegando entre titubeos, un gesto habitual en él, que le resultaba imposible sacar una edición especial por falta de medios… Tú lo que tienes es miedo, le contesté. No es que no tengas medios, es que no tienes huevos».
«Pedro J. dijo que no tenía medios para una edición especial el 23-F. Yo le dije que no tenía huevos»
Cebrián califica aquel día como «una jornada dramática» aunque no tiene problemas en atribuirse el mérito de la cobertura informativa: «El prestigio del periódico y el mío personal se vieron reforzados. Eso ayudó a consolidar el poder que Polanco y yo habíamos obtenido». Un asunto que le sirve de pretexto para volver a atacar a Ramírez: «El menos cooperador fue Pedro Jota, todavía en Diario 16».
El País y los GAL
No obstante, el 23-F no fue la única disputa que mantuvo con el periodista riojano. Juan Luis Cebrián se atribuye también el mérito de haber informado más y mejor que nadie sobre los GAL: «El único medio de opinión que alzó su voz de forma inequívoca contra la actividad del aparato del Estado fue El País».
A pesar de las numerosas exclusivas que tanto Diario 16 como El Mundo publicaron bajo la dirección de Pedro J. contra el terrorismo de Estado, el actual presidente ejecutivo de PRISA le acusa de una postura ambigua y de «afirmar entre otras muchas barbaridades que el Estado español tiene la legitimidad moral para recurrir a veces a métodos irregulares».
De aquellos años en los que juzgados y periodistas formaban parte del mismo cuerpo, Cebrián rescata a «uno de los mayores héroes de nuestra sociedad en la lucha contra el terrorismo etarra y el crimen organizado». Su nombre: Baltasar Garzón. El mismo al que, en una información exclusiva de OKDIARIO, el narco ‘arrepentido’ de la Operación Nécora, Ricardo Portabales, acusa de montaje.
Periodistas veteranos
Más allá de las filias puntuales de Juan Luis Cebrián, la relación con gran parte de los profesionales que estaban a su alrededor fue tumultuosa. De Francisco Umbral, que durante un tiempo fue colaborador de El País, dice que «le debía a nuestro periódico, y a mí personalmente, mucha de su fama».
«Umbral le debía a nuestro periódico, y a mí personalmente, mucha de su fama»
Al Premio Nobel Camilo José Cela lo acusa de «vanidoso» y añade que «sus rencores avivados por los oportunistas le llevaron a militar en un grupo de periodistas resabiados, los más con algún agravio personal frente a El País o mi persona».
Cebrián insiste en que el mayor mérito de Cela fue estar bien considerado dentro del régimen de Franco y le reprocha el nivel de sus colaboraciones: «Una columna bajo el arcaico título de ‘El asno de Buridán’, cuya calidad dejó siempre mucho que desear… La llegada de la democracia marcaría el comienzo de su ocaso en el parnaso literario».
«La llegada de la democracia marcaría el ocaso de Cela en el parnaso literario»
Mucho más desagradable es con Jaime Campmany. ‘Janli’ describe hasta el insulto al que fuera columnista de ABC: «Ludópata empedernido, escritor de cierta garra aunque de atosigante manierismo, que es una forma de cursilería, amén de poeta frustrado». Y añade: «Militaba en las filas de la reacción más castiza y provinciana que se pueda imaginar».
«Campmany era un escritor de atosigante manierismo, amén de poeta frustrado»
También repara en la figura de Pío Moa: «Fue acusado también de participar en el asesinato de un policía nacional el 1 de octubre de 1975, fue condenado a un sólo año de cárcel que no tuvo que cumplir. Hoy se dedica a dar lecciones de moralidad y de historia en cuantas tribunas de la extrema derecha encuentra amparo».
Incluso a Fernando González Urbaneja, que fue redactor jefe de Economía en El País bajo su dirección, le concede el perjuicio de la sospecha: «La confianza que deposité en él no siempre fue correspondida de igual modo».
«Deposité en González Urbaneja una confianza no siempre correspondida»
Juan Luis Cebrián, alias ‘Janli’, ha resumido en ‘Primera Página, vida de un periodista’, las rivalidades, inquinas, complejos y autojustificaciones que protagonizaron su vida como periodista. Un tiempo ya lejano a su realidad actual. PRISA ha perdido 3.753 millones de euros en los últimos siete años según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Algo que contrasta con el sueldo de 26,3 millones que su presidente ha ingresado en ese mismo tiempo.