La televisión transparente de Armengol
No hay nada extraño en la conducta del director general de Ib3 Andreu Manresa prohibiendo el paso a los periodistas al interior de la televisión autonómica. Es el reflejo del sectarismo que ha caracterizado su mandato al frente de un ente público que, con él a la cabeza, ha alcanzado los índices de audiencia más bajos de su historia. Una caída en picado, sin freno y sin que se divise el fondo.
Andreu Manresa ha cumplido escrupulosamente el papel que le encomendó Armengol: convertir Ib3 en un arma política al servicio del PSOE. No cabe ninguna duda de que lo ha conseguido. Basta con sentarse a ver un informativo para comprobarlo. Lo malo es que en el camino se ha quedado absolutamente toda la audiencia. A Ib3 no la ven ni los más radicales socialistas. Se ha convertido en una televisión transparente, falta del menor interés y sin la menor fuerza informativa porque carece de credibilidad.
Ib3 será probablemente la última etapa profesional de Manresa, que a estas alturas debería llevar años ya jubilado. Lo malo es que lo que quedará del canal autonómico cuando le echen de un cargo para el que nunca estuvo preparado porque en su caso, como en el del caballo de Atila, por donde él pasa no vuelve a crecer la hierba. Volver a levantar Ib3, volver a conseguir que la audiencia se interese por ella, va a ser una tarea faraónica pero necesaria, porque las islas reclaman un medio de comunicación propio. Eso sí, un medio de comunicación ecuánime, no sesgado.
Manresa, que se cree que Ib3 es suya y por eso se atreve a impedir el paso a periodistas a un ente público pagado con el dinero de todos los contribuyentes, en un acto que ya ha denunciado la Asociación de Medios de Comunicación Illes Balears, se irá, pero no solo. Ni mucho menos. Junto a él desaparecerán el director de programación Joan Carles Martorell, el podemita responsable de unas cuotas de audiencia testimonales, y un buen puñado de directivos que han contribuido a hundir la televisión y a convertirla en una herramienta al servicio del PSOE, como el responsable de antena Jordi Calleja o el de contenidos David Nadal, dos escuderos fieles del socialismo. Entre todos han hundido Ib3, que ya no es ni siquiera la opción que eligen los jubilados.