Descubrimientos

Un pescador gallego encuentra en la playa una joya de oro ancestral que cambia la historia de la región

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Casco de Leiro. Foto: Instagram Élida Rodríguez Solla
  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Un día cualquiera en la costa gallega puede traer consigo sorpresas que marcan un antes y un después en la historia. Así ocurrió en la década de los setenta, cuando un pescador de Rianxo, en la provincia de La Coruña, se topó por azar con un objeto que llevaba enterrado miles de años.

Lo que en un inicio parecía ser una simple vasija acabó revelando una pieza de oro que situó a la región en el mapa arqueológico europeo.

Un descubrimiento arqueológico en Galicia que revela un tesoro de la Edad del Bronce

Según informa Cope, la mañana del 7 de abril de 1976, José Vicente Somoza trabajaba en un terreno cercano a la playa de Leiro cuando su pala golpeó contra una vasija de barro. Al romperse, dejó al descubierto una estructura dorada de gran belleza que pronto sería reconocida como el Casco de Leiro, una de las piezas más singulares de la arqueología gallega.

El objeto, confeccionado a partir de una lámina de oro martillado, posee forma semiesférica y una decoración repujada que combina círculos concéntricos y protuberancias geométricas.

Sus dimensiones (19,5 centímetros de diámetro y 15 de altura, con un peso de 270 gramos) evidencian una elaboración minuciosa. El hallazgo no sólo supuso un impacto local, sino que abrió nuevas líneas de investigación sobre los ritos y las creencias de la Edad del Bronce en la península ibérica.

Significado ritual del Casco de Leiro en la Edad del Bronce

Aunque popularmente se le denomina casco, los expertos coinciden en que no fue diseñado para el combate. La pieza carece de los refuerzos necesarios para proteger la cabeza y su diseño no se ajusta a un uso militar. Todo apunta a que se trataba de un objeto ritual, posiblemente utilizado como cuenco ceremonial invertido o como insignia de poder.

El hallazgo conecta a Galicia con una red cultural mucho más amplia. Objetos similares, como los sombreros de oro de Alemania, la corona de Comerford en Irlanda o el Tesoro de Villena en Alicante, comparten patrones decorativos vinculados con el culto solar.

La presencia de estos símbolos sugiere que el Casco de Leiro pudo desempeñar un papel central en ceremonias religiosas destinadas a honrar a las divinidades o al sol como fuerza vital.

Curruncho dos Porcos, un enclave arqueológico en la ría de Arousa

El lugar del descubrimiento, conocido como Curruncho dos Porcos, se sitúa en la desembocadura del río Ulla, frente a la ría de Arousa. Esta localización no es casual.

El río actuaba como una vía natural de comunicación entre el litoral atlántico y el interior, lo que facilitaba intercambios comerciales y culturales desde tiempos prehistóricos.

Los arqueólogos sostienen que el enterramiento de la pieza dentro de una vasija es una ofrenda cuidadosamente preparada. Su inutilización previa, junto con los sedimentos rojizos que cubrían su superficie, refuerzan la hipótesis de un depósito ritual.

El Casco de Leiro se conserva en el Museo Arqueológico e Histórico del Castillo de San Antón, en La Coruña, donde se presenta como una de las joyas más enigmáticas de la prehistoria gallega.

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