Sánchez da 5.000 millones a País Vasco y Cataluña para salvar los Presupuestos y castiga al resto de autonomías

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Carlos Cuesta

Pedro Sánchez está dispuesto a pagar lo que haga falta con tal de sacar adelante sus Presupuestos. Necesita los apoyos de los separatistas vascos y catalanes y los piensa comprar. El primer pago acaba de ser bendecido: el País Vasco disfrutará de un margen extra de déficit del 2,6% y una deuda pública del 15,9% en 2020. Traducido: el Gobierno de Urkullu logra más de 1.700 millones extra por año.

La Generalitat catalana no se ha quedado callada y ya ha reclamado un envío de al menos 3.000 millones de euros anuales en concepto de ayudas directas procedentes del fondo de reconstrucción europeo. En total, las exigencias suman cerca de 5.000 millones de euros al año de los que el resto de autonomías deberán despedirse para que Sánchez pueda pagar sus peajes y sacar adelante sus Presupuestos.

La primera trampa al resto de regiones cuenta ya con el respaldo inamovible del Gobierno de Sánchez y Pablo Iglesias. Mientras que el resto de comunidades autónomas tienen una limitación de déficit del 0,2%, el País Vasco podrá disparar su derroche hasta alcanzar el 2,6% de números rojos anuales. Ese regalo se sitúa, dependiendo del nivel de PIB del País Vasco, entre los 1.700 y 1.800 millones de euros netos anuales. En resumen: 13 veces el margen del resto de territorios españoles.

La excusa para semejante regalo ha sido la de que no participan en el tramo del fondo Covid-19 destinado a compensar la caída de ingresos. Pero lo cierto es que no participan porque tienen hacienda propia y, por lo tanto, tampoco contribuyen al sistema de solidaridad general, y, además, a lo sumo habrían conseguido 300 millones de euros y sólo en el primer año, teniendo en cuenta el volumen de su economía.

El segundo regalo separatista se destinará a Cataluña. Sánchez debe convencer también a ERC para poder sacar adelante los Presupuesto. Y, para ello, no puede darles menos de lo que la Generalitat catalana ha reclamado ya en concepto de fondo de rescate europeo por el Covid. Hay que recordar que la Generalitat está gobernada por JxCAT y ERC. Y que, por lo tanto, la petición para Cataluña de 30.000 millones de euros procedentes de las ayudas europeas, lanzada hace unos días por Quim Torra, no era sólo un mensaje de JxCAT: lo era de la Generalitat y, por lo tanto, también de ERC.

Torra sabe lo que ha reclamado: ha puesto el foco en la exigencia de 30.000 millones de euros y en que se flexibilice la regla de déficit regional hasta el 1%. Y lo ha hecho porque ofrece dos vías para un mismo camino: lograr una cifra fácil de desagregar. Esos 30.000 millones serán pagaderos, como el conjunto de las ayudas europeas contra el Covid, en cinco años. Y de ellos, la mitad, además, no son pagos directos sino créditos. Por lo que el resultado final implica que, en concepto de ayudas directas -dinero contante y sonante-, la cifra queda reducida a 3.000 millones de euros por año.

Cataluña tiene un peso en la economía nacional claramente superior al doble del vasco. Por lo que reclamar 3.000 millones de euros es un pago perfectamente asumible en términos políticos para Pedro Sánchez si se tiene en cuenta que el presidente acaba de inyectar más de 1.700 millones para el País Vasco.

Sánchez ya ha dado el primer y decisivo paso en esta dirección. Porque el presidente del Gobierno ha anunciado este viernes, en la celebración de la Conferencia de Presidentes autonómicos, que él mismo será el responsable de determinar la distribución entre los territorios de los fondos millonarios del pacto de reconstrucción de la Unión Europea (UE). Y eso implica que los criterios políticos tendrán un peso absoluto.

Estos fondos tienen el propósito de reactivar la economía española tras el grave impacto de la pandemia del Covid-19 en las comunidades autónomas. Pero se convertirán, al menos en parte, en un medio de pagar las alianzas de Sánchez.

El propio Sánchez ha dejado claro su control total de los fondos durante su intervención inicial en el plenario de la XXI Conferencia de Presidentes que se celebró este viernes en el Monasterio de Yuso de San Millán de la Cogolla, en La Rioja. El líder del Ejecutivo ha traslado a los presidentes autonómicos que él será el encargado de dirigir el fondo de recuperación que se creará tras el acuerdo alcanzando en el Consejo Europeo, y que lo hará a través de una Comisión interministerial que presidirá él mismo.

Asimismo, ha anunciado la creación de una Unidad de Seguimiento del Fondo de Recuperación en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno en La Moncloa.

También ha explicado que «habrá colaboración público-privada a través de un grupo de alto nivel» a la hora de gestionar esos fondos, así como colaboración multinivel en varios foros, como la Conferencia sectorial con las comunidades y ciudades autónomas, que liderará la ministra de Hacienda.

Además, ha asegurado que se introducirá el Fondo de Recuperación en los debates habituales de las próximas conferencias de presidentes, y que en este proceso de gobernanza participarán también las entidades locales.

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