Pablo Hasél

La Policía sorprendida por el grado de violencia por Hasél: “Acabarán matando a uno de los nuestros”

Un agente de la Unidad de Intervención Policial de Madrid analiza para OKDIARIO los actos de violencia y la reacción policial durante las protestas por el encarcelamiento del rapero.

Falta de material apropiado y órdenes inadecuadas provocaron escenas de excesiva violencia que “podían haberse evitado”

Hasél Madrid
Manifestantes se enfrentan a los agentes de la policía antidisturbios durante una marcha por la detención del rapero Pablo Hasel, condenado por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. (Foto: Efe)
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

“Estamos perdiendo el principio de autoridad y ahora mismo vamos un paso por detrás de los violentos, lo que está provocando que haya demasiados heridos, porque 36 policías heridos en una sola noche son demasiados”. Un agente de las Unidades de Intervención Policial explica a OKDIARIO los detalles de lo ocurrido en Madrid el miércoles por la noche como consecuencia de las protestas y los ataques a la Policía por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.

“Lo que hemos visto en Barcelona, pero principalmente en Madrid, durante los últimos días recuerda mucho a lo vivido en Cataluña en los años 2017 y 2019 con los despliegues relacionados con el independentismo. Allí vimos por primera vez cómo los que se manifestaban se organizaban a niveles desconocidos hasta ese momento. Por ejemplo, la técnica que empleaban para apagar los proyectiles lacrimógenos nos llamó muchísimo la atención: uno de los manifestantes iba con un cono de tráfico perforado que colocaba sobre el cartucho cuando apenas comenzaba a salir humo y otro lo acompañaba con una botella de agua para echarla a través del cono y apagarlo. Eso se prepara muy a conciencia. Pues lo que hemos visto en Madrid nos ha recordado a aquello”, explica el agente.

El agente añade que desde entonces en las manifestaciones como la vivida el miércoles en Madrid por el encarcelamiento de Hasél, la Policía percibe un nivel de organización y violencia mucho más compleja. Para colmo, y en esto coinciden todos los agentes especializados en gestión de disturbios con los que habla este periódico, de un tiempo a esta parte existe una consigna que emana de los mandos policiales, más cerca de la Política que de los operativos, y que consiste en mantener la posición sin reaccionar a la violencia hasta el último momento. “Es el famoso ‘aguantar’. Nos lo llevan diciendo desde hace mucho tiempo, especialmente desde las marchas por la dignidad, que independientemente de lo que nos arrojen lo que nos toca es mantenernos firmes hasta que ya los tengamos encima y entonces y sólo entonces es cuando podemos repeler las agresiones. Con ese comportamiento durante los últimos años hemos mandado un mensaje a los violentos de que no reaccionamos y con eso lo único que hemos conseguido es perder la iniciativa y así hemos puesto en peligro la autoridad que se nos supone”.

Eso ha permitido que se produzcan escenas como las vividas en Madrid contra la Policía bajo la excusa de la libertad de Hasél en las que de manera incomprensible una de las protestas más llamativas ya estaba encapsulada en una plaza, en Sol, y cuando los radicales quisieron la pudieron a extender a través de las calles colindantes. ¿Cómo lo consiguieron? Básicamente por errores de bulto en el planteamiento del despliegue policial y a una serie de órdenes que por acción u omisión dejó a algunos agentes en franca desventaja ante una violencia muy organizada.

Violencia de alta intensidad

“Lo que había en Madrid era una alteración de orden público de alta intensidad. Ante eso la estrategia es vaciar las calles de policías y dejar sólo a los agentes de las unidades de intervención, las UIP. De hecho, ante una situación así, hay que cancelar permisos y poner toda la fuerza policial a la altura de la violencia ejercida por los manifestantes”, pero al contrario de lo que explica el agente consultado por este diario en Madrid salieron a hacer el trabajo de las UIP las UPR. ¿Y cuál es la diferencia?, pues que los segundos, a los que emboscaron en el vídeo mostrado por OKDIARIO, son Unidades de Prevención y Reacción que son muy operativos en situaciones de orden público como aglomeraciones por motivos festivos, actos deportivos u otras celebraciones, pero no ante cientos de personas son la única intención de atentar contra la integridad de un agente de policía.

Otro de los problemas detectados por los operativos fue el tipo de órdenes recibidas. “En la Puerta del Sol hubo mucha descoordinación entre las propias unidades y para colmo metieron a las UPR donde no deben estar, a las imágenes me remito. Las cargas que se ordenaron parecían aleatorias y cuando comenzaron los lanzamientos no se nos autorizó a usar munición no letal como las pelotas de goma. Hacemos nuestro trabajo con una mano atada a la espalda y sólo así se entiende que antes de que acabaran los disturbios ya hubiera 20 policías atendidos por el Samur. Si esto no se controla acabarán matando a uno de los nuestros porque es lo que este tipo de movimientos busca que pase antes o después”.

Todo lo anterior va en consonancia de lo que vienen denunciando diferentes asociaciones policiales como CEP, SUP o JUPOL: la violencia de los que salen a hacer daño aumenta mientras la capacidad de respuesta de los que nos protegen se reduce.

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