Arranca el juicio contra Íñigo Errejón por patear a un jubilado con cáncer. El líder de Más País ha acudido a pie al Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid donde tendrá que prestar declaración por la presunta agresión que podría acabar con una condena por un delito de maltrato. El diputado ha llegado tirando de soberbia, tachando de «disparate» el juicio y sin explicar ante la prensa cuál es su versión de lo ocurrido.
«Tengo ganas de poder aclararlo porque todo esto ha sido un disparate desagradable. Quiero que esta cosa se termine ya porque esto ha sido un disparate que no ha sido particularmente agradable y quiero solucionarlo ya», ha defendido Errejón a la entrada de los Juzgados de Plaza de Castilla.
El diputado nacional niega que propinara una patada a un jubilado con cáncer la noche del 2 de mayo del año pasado en Lavapiés. No ha querido dar explicaciones ante la prensa, dice que las dará «dentro», que entrará en detalles, y que ahora sólo tiene que decir que el juicio es «un disparate desagradable».
Por último, los periodistas allí congregados le han preguntado si asumiría alguna responsabilidad política si acaba siendo condenado. «Ni lo contemplo, todo esto ha sido un disparate y ni lo contemplo», ha dicho.
Pero, finalmente, no ha declarado al suspenderse la vista. La Fiscalía ha recusado a la juez al ser también ella quien llevó a cabo la instrucción de la causa.