La directora de Salud Pública admitió 6 días antes del 8-M que estaban alertados del Covid desde Nochevieja
Pilar Aparicio asegura en unas conferencias grabadas el 2 de marzo que "la preocupación para el Ministerio desde que se declaró el 31 de diciembre esta epidemia del nuevo coronavirus es fundamentalmente hacer que no se instale entre nosotros"
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Una grabación en unas conferencias acaba de adelantar aún más la fecha de las alertas internacionales que recibió el Gobierno para actuar contra el coronavirus: nada menos que hasta el 31 de diciembre. La interviniente en esas charlas era la directora general de Salud Pública, Pilar Aparicio. Una de las personas decisivas en la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez.
En esas charlas, grabadas el 2 de marzo -seis días antes de la manifestación feminista del 8-M y doce días antes del decreto del estado de alarma- ella admitió que tuvieron conocimiento de la gravedad de la enfermedad y de la necesidad de evitar la diseminación del virus «desde que se declaró el 31 de diciembre esta epidemia», tal y como se puede ver en el vídeo que hoy reproduce OKDIARIO.
Pilar Aparicio aseguró allí que «la preocupación para el Ministerio desde que se declaró el 31 de diciembre esta epidemia de este nuevo coronavirus es fundamentalmente hacer que no se instale entre nosotros, es decir, que no tengamos un nuevo virus además de todos los que ya tenemos».
La directora general de Pedro Sánchez para la Salud Pública afirmó que «en ese sentido, desde que se inició esta epidemia, que se inició a nivel internacional y particularmente en China», el Gobierno implantó «medidas para intentar evitar la diseminación, la extensión de este nuevo virus».
Y todo ello porque, «a nuestro país nos preocupa evidentemente lo que preocupa a nivel internacional, que este virus se disemine, que se establezca en nuestra sociedad. Nos preocupa cuando vemos situaciones como la de Italia, más cerca de casa, un país que tiene muchísimo de intercambio con nosotros y nos preocupa, en concreto, ahora en nuestro país no solamente el aumento del número de casos, el aumento del número de comunidades implicadas, también estos casos en los que no podemos encontrar un vínculo claro de dónde se ha originado el contacto con esta infección».
Todo ello, con esa enorme preocupación, a seis días de la manifestación feminista.
¿Por qué esa preocupación no llevó a impedir ese acto? Esa es la pregunta, de hecho, que en estos momentos intenta resolver la Justicia.
Evidencias
Hay que recordar que las evidencias de que tenían pleno conocimiento de la gravedad del coronavirus antes del 8-M crecen por momentos. Pedro Sánchez aseguró ante la opinión pública siempre que la escalada de contagios de coronavirus no se supo hasta pasado el 8-M, el día de la manifestación feminista.
De hecho, las primeras medidas serias de combate al coronavirus se hablaron a partir del día siguiente, el 9-M, y el estado de alarma no se decretó por el Gobierno socialcomunista hasta el 14-M. Pues bien, el Ministerio de Sanidad ha abierto su base de datos con los envíos de notificaciones de contagios y muertes diarios remitidos por las comunidades autónomas.
OKDIARIO ha descargado y analizado esos archivos territorio a territorio y jornada a jornada. Y la realidad es que los días previos a la manifestación, la escalada de contagios fue brutal. Esas estadísticas desvelan que el 28 de febrero ya habían sido comunicados por la Comunidad de Madrid 20 casos de contagio plenamente confirmados por test PCR.
El día 29 de febrero se pasó a 27. Marzo comenzó casi duplicando esa cifra y llegando a los 53 contagios. Los 96 se alcanzaron el día 2 de la manifestación. Y la escalada no cesó durante todas las jornadas posteriores: se alcanzaron los 142 casos el día 3; los 199 el día 4 de marzo; 311 el día 5; 515 contagios el día 6; 738 el día previo a la cita feminista; y el nivel llegó a los 1003 contagios el mismo día 8-M.
Por cierto, para colmo, el mismo día 8-M se cerró con 16 fallecidos en Madrid y 61 personas en unidades de cuidados intensivos (UCI) de la provincias. Evidentemente, sus muertes fueron paulatinas. No esperaron a morir a que finalizara la manifestación. Por lo que el Gobierno debió tener acceso, no sólo a los contagios, sino también a las muertes.