El Grado en Género del PSOE gestionado por el equipo del máster de Cifuentes aprobaba al 95% de alumnos

Enrique Álvarez Conde
Enrique Álvarez Conde, ex director del Instituto de Derecho Público de la URJC.
Carlos Cuesta

El Grado en Género impulsado por el PSOE y que gestionaba el equipo del máster de Cristina Cifuentes aprobaba al 95% de alumnos. Entrar en él era garantía casi segura de salir con el título. Se trataba de un máster respaldado y lanzado por el Partido Socialista en la época de Bibiana Aído y que contaba con el apoyo sistemático de CCOO.

Su objetivo declarado era formar gente que trabajase en las mecánicas de impulso e intervención social para implantar la política de género, uno de los grandes objetivos socialistas. Y a buen seguro que ese objetivo se conseguía: porque la práctica totalidad de los matriculados salía con un máster de clara ideología progresista.

Entre los grandes impulsores de esta titulación se encontraban Enrique Álvarez Conde -director del Instituto de Derecho Público de la Universidad y director del polémico máster que atrapa a Cifuentes-, y Laura Nuño, una de las profesoras que ha asegurado que su firma no coincide con la del acta del máster de la presidenta madrileña.

Ambos formaban parte desde 2007 del grupo que coordinaba desde la Rey Juan Carlos los cursos y másters impulsados directamente por el PSOE: con presencia directa de Bibiana Aído y respaldo de CCOO. Y es que el grado de Género nació de un máster: el Máster Oficial en Género y Políticas de Igualdad, un empeño personal de Zapatero que se fraguó en aquella universidad como máster bandera del PSOE.

Ese máster -que dio lugar al grado- tenía un objetivo: impulsar expertos en esa materia que vigilasen posteriormente la implantación de la ideología de género en el trabajo y la política. Una de las grandes bazas del último mandato socialista.

La otra persona que ha rechazado que su firma fuese la del acta del máster de Cifuentes es Alicia López de los Mozos. Junto con Laura Nuño, formaba parte del Consejo del Instituto que lanzó ese máster en condición de “doctores miembros”. López de los Mozos también trabajó en investigaciones en ese instituto en el área de Género y en otra de las áreas de máximo protagonismo político en la era Zapatero: la inmigración.

Una de las grandes impulsoras de estas titulaciones fue Laura Nuño, quien admitió personalmente en una entrevista que la supervivencia de la titulación había peligrado desde sus inicios. Y es que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) paralizó los estudios en 2009, pese a lo que el grado fue rescatado por el Consejo de Gobierno de la Universidad.

El grado empezó sin exigir ninguna presencia. Era en formato online. Pero dos años después, la ANECA exigió que se impartiese también de manera presencial. Así, pasó a ofrecerse con primer y segundo curso de forma presencial, y con tercero y cuarto, a distancia.

Los indicadores de calidad y funcionamiento del Grado de Igualdad de Género acabó mostrando que la tasa de créditos superados con respecto a los matriculados llegaba al 85% y la de éxito o superación (créditos superados sobre presentados) al 94,56%. Es decir, que prácticamente todo el mundo aprobaba el máster y obtenía el título.

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