Operación Ícaro

Policías denuncian que Marlaska deja sin medalla a agentes que salvaron la vida a compañeros en Barcelona

Juez Tsunami policías
Policías durante los graves disturbios en Barcelona por la sentencia del Procés.
Pelayo Barro

El Ministerio del Interior sólo ha concedido medallas a 322 agentes de los varios miles de policías españoles que participaron en la llamada ‘Operación Ícaro’ de Cataluña, cuya misión era asegurar las calles tras la violencia desatada por el separatismo bajo el pretexto de la sentencia del ‘procés’. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha dejado por el camino a muchos policías cuyos propios compañeros señalan por su heroísmo en las calles en esos días. Estas son algunas de sus historias.

La agente A.A.L y el agente B.N.R. son dos conductores encuadrados en el Grupo 4 de las Unidades de Intervención Policial (UIP) que en aquellos días de octubre habían sido desplazadas desde Galicia a Cataluña. En la noche del día 18, cuando se produjo la llamada ‘Batalla de Urquinaona’, su misión era proteger la Jefatura Superior de Policía de Vía Layetana.

Ambos pasaron toda la noche entrando y saliendo con sus vehículos en la plaza de Urquinaona, epicentro de los disturbios. Evacuaron a agentes heridos entre una muchedumbre violenta que aporreaba sus furgones y les lanzaba piedras. Uno de los que aquella noche fueron evacuados había sido herido de gravedad. Fue su rápida reacción la que permitió que el agente recibiera ayuda médica urgente. Ninguno de los dos fue premiado con una medalla.

J.A.L.C y B.C.T., conductores del Grupo 3, vivieron situaciones similares en ese día de mayor intensidad. “Si no fuese por su labor, estaríamos hablando de desgracias mayores”, advierten desde el Sindicato Unificado de la Policía (SUP). Ninguno de los cuatro ha sido seleccionado para la medalla de Interior.

Tampoco han visto reconocida su labor J.L.L. o F.F.M., del Grupo 5. También de la UIP ‘gallega’. Ellos se encontraban a pie de una de las calles que da acceso a la Plaza de Urquinaona. Una vía que unos 150 violentos CDR intentaron tomar a golpe de adoquín para así conseguir acceso hacia la retaguardia de los agentes que en esos momentos contenían a los violentos en la plaza. Mantener la posición en esta calle fue vital para que la cosa no fuera aún peor en Urquinaona. De haber caído esa calle, la plaza se habría convertido en una ratonera para sus compañeros. Practicaron una detención.

Sin medalla también se quedan J.D.R. y A.G.V., que pasaron la noche evacuando a compañeros heridos y reponiendo material para los agentes que se jugaban el tipo bajo una lluvia de objetos. Abastecieron a sus compañeros, incluso a la carrera, desde la Jefatura Superior de Policía.

Los del ‘Tsunami’ de El Prat

Pocos días antes de aquel brutal estallido de violencia, las hordas del ‘Tsunami’ separatista se lanzaron al asalto del aeropuerto de El Prat en el que fue su golpe ‘estrella’ de las jornadas de protesta. El control de las instalaciones estuvo a punto de caer. Si no lo hizo fue por la labor de, entre otros, J.R.T., L.G.V., J.M.P. o S.K.G. Cuatro agentes gallegos que han visto cómo otros compañeros, ejerciendo las mismas labores, han recibido la condecoración de Marlaska.

Durante los días más duros de la Operación Ícaro también se desplegaron policías de la UIP de Madrid. Los equipos operativos Puma 15 y Puma 16 se emplearon a fondo para pacificar las calles de Cataluña. En la tarea muchos acabaron en el hospital. Sin embargo, mientras Interior reconocía el mérito a los Puma 15, los Puma 16 se han quedado sin medallas. A algunos de ellos, que resultaron heridos pero continuaron trabajando, se les dijo que ante la inexistencia de partes médicos no quedaba probado su desempeño en un escenario de alto riesgo.

14 horas bajo tensión

De Zaragoza también se desplazaron policías de las unidades del XI UIP. Prestaron servicio en Barcelona y Lérida en jornadas de hasta 14 horas ininterrumpidas. Algunos recibieron medallas. Otros, como D.G.A. J.V.M., P.A.C., F.J.R.C. y una larga lista, no.

Tampoco recibieron la medalla de manos de Marlaska la inmensa mayoría de los agentes de la Unidades de Información. Ellos son los que, la mayoría de veces de paisano e incluso ‘disfrazados’ de CDR, se inmiscuían entre los violentos para desentrañar sus planes y poder adelantarse a sus movimientos. Fueron muchas las escenas que se vieron esos días en los que estos agentes eran descubiertos y acorralados en portales o locales comerciales. Pero tampoco fue suficiente.

La llamada ‘batalla de Urquinaona’, los graves disturbios vividos en los alrededores de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona en la noche del pasado 18 de octubre, ya se ha convertido en un hito del imaginario separatista catalán. Hasta se vendieron camisetas conmemorativas.

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