Francia amenaza con una crisis de deuda en la zona euro y resucita los fantasmas de 2012
La situación política en Francia ha hecho saltar las alarmas en toda la zona euro por el riesgo de que derive en una nueva crisis de deuda pública. De esta forma, han resucitado los fantasmas de 2012, cuando fue España quien vivió esta crisis -la prima de riesgo se disparó por encima de 600 puntos básicos- y estuvo a punto de salir del euro. Como es sabido, aquello acabó con el rescate europeo para cubrir las pérdidas el sector financiero, básicamente las cajas de ahorros.
Ahora, las cosas están muy lejos aún de llegar a ese punto, pero el temor reside en el peso de Francia en la economía y los mercados europeos, mucho mayor que el de nuestro país. Es decir, una crisis de deuda en nuestro vecino no podría ser contenida con un rescate puntual como el de España hace 12 años.
Así, la prima de riesgo de Francia hace tiempo que superó a la española e incluso ahora es mayor que la de Grecia, el gran protagonista de la crisis financiera y el mayor rescate de un país por parte de la Unión Europea. No obstante, sigue estando sólo en 79 puntos básicos (el interés de su bono a 10 años es 0,79 puntos porcentuales superior al alemán), con un tipo de la deuda a 10 años del 2,89%.
Detrás de la actual crisis no está la moción de censura de esta semana, si bien es innegable que agrava la incertidumbre del mercado. Así, en 2024, Francia va a registrar una importante desviación presupuestaria: el Gobierno saliente ha reconocido que el déficit alcanzará el 6,1% del PIB, frente al 4,4% previsto inicialmente. Esto se debe principalmente a unos ingresos fiscales inferiores a los previstos en 40.000 millones de euros, y la Comisión Europea ha abierto a Francia un procedimiento de déficit excesivo, similar al de Italia y Bélgica.
Para reconducir la situación, nuestro país vecino había anunciado una reducción del déficit en 60.000 millones, de los que 40.000 saldrían de una reducción del gasto público y 20.000 de subidas de impuestos. Pero esto queda en entredicho por la caída del Gobierno de Michel Barnier. Además, este plan se basaba en una hipótesis de crecimiento del PIB del 1,1% en 2025, algo que se antoja irrealizable con la contracción actual de la economía europea, agravada por los aranceles anunciados por Donald Trump.
«Mientras la Asamblea Nacional siga profundamente dividida, persistirá el riesgo de inestabilidad política, junto con las tensiones asociadas sobre el diferencial francés, con una alta probabilidad de nuevas elecciones legislativas anticipadas en julio», sostiene la gestora de fondos Natixis, quien subraya que el índice CAC 40 de la Bolsa de París va camino de tener su peor año desde 2010 en comparación con el resto de bolsas europeas.
Otra firma de inversión francesa, La Financière de l’Échiquier, explica que «más allá del aspecto puramente político, la cuestión presupuestaria seguirá siendo protagonista. Aunque se aprobaran los presupuestos, solo se reduciría el déficit hasta el 5 % del PIB, lo que sigue siendo muy elevado en términos absolutos. Además, este cálculo se basa en la hipótesis de un crecimiento del PIB del 1,1 % en 2025. Parece más creíble un crecimiento de entre el 0,5 % y el 0,7 %, con un riesgo nada desdeñable de recesión técnica durante el año. Además, Francia es actualmente el país de la Unión Monetaria con peor ratio déficit/deuda pública».
Añade que «a pesar de este balance poco brillante, y aunque el bono francés a 10 años ha superado recientemente a su homólogo griego, Francia sigue endeudándose a tipos moderados». «Sin embargo, ahora existe el riesgo real de que una mala gestión presupuestaria continuada, unida a la inestabilidad política, acaben creando un clima de desconfianza tal que los tipos de interés se disparen en los mercados y Francia sufra una especie de crisis de deuda. Este es, sin duda, el principal riesgo para la zona del euro en los próximos trimestres», alerta.