Los españoles tiran de ahorro para pagar el subidón de la luz y la gasolina según el Banco de España
El subidón de los precios de la gasolina y la electricidad ha provocado que los españoles ya tiren del ahorro embalsado durante la pandemia para pagar los recibos en el primer semestre del año. No obstante, el consumo no se ha visto alterado de forma significativa pese al incremento de la factura final ante la expectativa de los agentes de que los cambios observados son de carácter temporal y la disponibilidad de una importante reserva de dinero durante la fase de mayor incidencia de la crisis del coronavirus.
Según el ‘Análisis preliminar de la sensibilidad del consumo de energía en España al aumento de su precio’ elaborado por el Banco de España, publicado este lunes, hace una comparación de los niveles mensuales de consumo durante el primer semestre de 2022 con los del mismo periodo de 2019. Un informe cuyo resultados reflejan un cambio de tendencia en el consumo de los españoles.
El consumo de gasolina en el primer semestre de 2022 fue un 6,7% superior al observado en 2019, mientras que el de gasóleo se redujo un 6,5%. Todo ello a pesar de que el promedio del primer semestre de 2022 los precios aumentaron un 30,9% y un 33,5%, respectivamente, de los niveles registrados en el mismo período de 2019.
Lejos de subir, el Banco de España esperaba que, utilizando una elasticidad de corto plazo del –0,25, la caída en el consumo de estos productos como consecuencia del aumento de los precios debería haberse situado en el entorno del 8%.
Consumo de electricidad
Por su parte, en el caso de la electricidad, el consumo tampoco ha registrado un cambio notable pese a los precios desbocados que se han registrado en los mercado energético con una caída de tan sólo un 3,7% en comparación con el mismo periodo de 2019.
En el citado informe del Banco de España considera que este menor descenso del consumo de energía se podría explicar por la expectativa por parte de los hogares y empresas de que los cambios observados en los precios serían temporales, el hecho de que haya habido algunas medidas compensatorias por el lado de las rentas para los colectivos más vulnerables, o la disponibilidad de una importante bolsa de ahorro acumulada durante la fase de mayor incidencia de la pandemia.
Además, en el caso de la electricidad, cree que también podrían haber ayudado a mantener los niveles de consumo una mayor optimización del gasto en función de la tarificación horaria o la mayor demanda de electricidad en el hogar como consecuencia del incremento del teletrabajo.
¿Cambio de tendencia?
En todo caso, asegura que «aún es pronto» para valorar con precisión la relevancia cuantitativa de cualquiera de estos factores e, incluso, para concluir que ha habido un cambio verdaderamente estructural en cuanto a la sensibilidad precio de la demanda de energía en España.