La historia de Ana y Daniel, los hermanos que tienen dos hijos en común y quieren casarse

Ana y Daniel Parra son una pareja que tiene dos hijos, aunque tienen una característica muy llamativa, son hermanos por parte de padre, algo que les dificulta formalizar su relación de forma definitiva, es decir, casándose. Ana fue abandonada por su padre cuando apenas tenía cuatro meses, y aunque sabía que tenía un hermano, no fue hasta que tuvo 20 años que decidió buscarlo activamente. En ese momento, Daniel tenía 17.

La relación inicial fue distante y esporádica, propia de dos hermanos que empiezan a conectar después de años separados. Con el tiempo, comenzaron a pasar más tiempo juntos y a compartir vivencias cotidianas, hasta llegar a convivir como compañeros de piso. Fue entonces cuando lo que en un principio era una relación fraternal evolucionó hacia algo «más profundo y complejo», según han señalado en múltiples ocasiones.

El giro en su relación llegó cuando Daniel besó a Ana «por impulso». La sorpresa inicial dio paso a la aceptación mutua de que sus sentimientos habían cambiado. Ana reconoce que al principio pensaba que era «algo pasajero», pero con el tiempo ambos admitieron que estaban enamorados.

A pesar de las críticas y el rechazo que han sufrido por parte de familiares y amigos, ambos han decidido apostar por su amor y construir una familia juntos.

Las consultas médicas

Como ya se ha mencionado previamente, Ana y Daniel tienen dos hijos en común, y antes de tener descendencia, consultaron con varios médicos y genetistas para evaluar los riesgos genéticos de su relación. Los especialistas les aseguraron que el riesgo de transmisión de enfermedades hereditarias era bajo, lo que les dio tranquilidad para seguir adelante.

A pesar de la tranquilidad que les transmitieron los doctores, la pareja afronta el reto de poder casarse, algo que les resulta muy difícil, ya que la legislación española prohíbe expresamente el matrimonio entre hermanos, lo que impide a Ana y Daniel formalizar su relación mediante el matrimonio civil o religioso. Este impedimento legal es uno de los principales motivos por los que la pareja ha decidido hacer pública su historia y pedir un debate social y legal sobre esta restricción.